Page 22 - Te Regalo mi Tesoro - Evolucionar para un mundo en paz
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“Un Nuevo Amanecer Evolutivo”


          hacia  el  Poder  Sabio  y  Amoroso  que  creó  y  sustenta  la  creación  entera;
          arrepintámonos  de  nuestras  malas  acciones  y  comprometámonos  con
          nosotros mismos y con las futuras generaciones, a construir estilos de vida
          sanos y saludables que nos permitan como hijos del Dios altísimo,   vivir y
          dejar vivir, de tal manera que el plan de nuestro Señor, se cumpla plenamente.



          “Persona, Familia y Sociedad”


          “Todos pertenecemos a la misma humanidad.  Sólo hay un Dios y todos somos
          sus hijos”.  Debemos ser conscientes de la unidad que formamos con toda la
          humanidad; somos una sola familia.  Lo que le pasa a una de sus partes, lo
          sufre o lo goza todo el conjunto.  Así, que de no cambiar la persona, no podrá
          cambiar la sociedad.  El hogar y la escuela, juegan un papel trascendental en
          la  formación  de  las  personas,  en  la  formación  de  la  nueva  humanidad,
          fraternal y productiva.


          El  ser  humano,  es  la  Totalidad  en  miniatura;  el  microcosmos  hecho  a  la
          imagen/semejanza del Macrocosmos perfecto.  La Familia debe ser la guar-
          diana, la protectora, la gran cuidadora, para que no se echen a perder los
          Hijos de Dios.  La Escuela, dentro de sus aulas de clases y en los espacios de
          participación  comunitaria,  nos  permitirá  formarnos  como  ciudadanos
          ejemplares, para mejorar la calidad de las instituciones, del estado y de la
          sociedad.   Sólo así será posible la formación de hijos felices, saludables y
          libres y la construcción de sociedades pacíficas y justas.

          Los padres y madres de familia, los educadores y los líderes y gobernantes,
          debemos tomar plena consciencia de la gran responsabilidad que tenemos
          todos de EDUCAR Y FORMAR adecuadamente a los niños y niñas, para que en
          un futuro, no lejano sean ellos los que nos gobiernen y dirijan con sabiduría y
          amor.  Esto es posible; además es nuestra gran responsabilidad histórica y
          evolutiva, buscar “la verdad” sinceramente, para transformarnos a nosotros
          mismos, -bajo la gracia y la guía del Señor del universo-, en mejores seres
          humanos y podamos guiar con nuestro ejemplo y emprendimientos a las
          almas que fueron puestas bajo nuestro cuidado.   Recordemos, como dijo
          Kalil Gibran: “Nuestros hijos no son nuestros hijos.  Son los hijos y las hijas de los
          anhelos que la vida tiene de sí misma.”

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