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López Pulles R, & Tapia Tamayo A.


               Periodo de transición                           bilidad del clero secular, a partir del propio año
                                                               de la expulsión al menos hasta 1779 [8].
               Con la expulsión de los jesuitas el año de 1767,
               tanto el Seminario San Luis como la Universi-   Por su parte, Pablo Herrera corrobora que eje-
               dad de San Gregorio padecieron graves que-      cutada la expulsión, el presidente Diguja nom-
               brantos y hasta casi desaparecieron.            bró profesores de las otras órdenes religiosas
                                                               y particularmente de San Francisco, para que
                 “En agosto salieron de Quito expulsados       continuara abierta la Universidad de San Gre-
                 los jesuitas; en octubre en la misma fe-      gorio Magno Sin embargo, la creada Junta de
                 cha en que constantemente se habrían          Aplicaciones y Temporalidades dictó un auto, el
                 las clases, principiaron los cursos mer-      13 de agosto de 1776, extinguiendo esta Uni-
                 ced al celo sacerdotal y a la actividad del   versidad y trasladando al Colegio de San Luis,
                 Sr. Dn. José Cuero y Caicedo, entonces        la de Santo Tomás, con todas sus cátedras. A
                 Canónigo  Doctoral  de  Quito,  quien  se     partir de aquello, la institución empezó a de-
                 ofreció espontáneamente a abrir y dirigir     caer, pese a que se instalaron en su edificio, no
                 el Seminario. (…) las clases comenzaron       contó con las rentas que disponían los jesuitas.
                 el día señalado y el concurso de alumnos      El Rey aprobó aquel auto por la cédula expedi-
                 fue muy numeroso, y tan cumplidamente         da en el Pardo el 4 de abril de 1786 [9,10].
                 se desempeñaron los nuevos profesores
                 que, por  lo  pronto,  los  quiteños  se  feli-  Siguiendo a Herrera, el elenco de rectores de la
                 citaron del nuevo arreglo y casi echaron      Universidad de Quito, desde 1767 fueron:
                 de menos a los jesuitas, a quienes se los
                 había creído irremplazables…” [7].             Dr. D. Antonio Viteri y Orozco, Canónico de Quito ..1767
                                                                Dr.  Isidro Barreto, dominicano………………...........1770
               Este logro, por desgracia, duraría poco tiempo,   Dr.  Antonio Celis, dominicano…………………........1777
                                                                Dr. Isidro Barreto, dominicano ………………………1782
               porque  las  clases  se  cerraron indefinidamen-
                                                                Dr. Baltasar Venegas, dominicano ………………....1783
               te. Pese a todo, González Suárez indica que
                                                                Dr. D. Nicolás Carrión, Doctor en Jurisprudencia….1788
               en 1783 se volvieron a retomar las actividades
                                                                Dr. D. José Cuero y Caicedo, Canónico penitenciario de
               bajo la dirección del padre Minayo y parecía
                                                                Quito, Obispo electo de Popayán …………............1789
               que comenzaba para el colegio una época de
               prosperidad, cuando los disgustos escandalo-    Como se puede apreciar, el tema rectoral
               sos entre el Rector y el Obispo lo redujeron de   tampoco se vio interrumpido, lo que sí es cla-
               nuevo a una situación lamentable [7].           ro es que a partir del padre Miguel Manosal-
                                                               vas, último rector jesuítico, todos los suceso-
               Las clases de Teología que se habían confia-    res serán dominicos.
               do a los franciscanos no llegaron a formalizar-
               se adecuadamente, sin embargo, el Seminario     Por su parte, Germania Moncayo analiza el
               continuó sin interrupción hasta el año de 1772,   problema desde dos puntos de vista: histórico
               en que comenzó el litigio sobre las rentas del   y el jurídico. En torno al primero, asegura:
               establecimiento. Estuvo cerrado hasta 1786 en
               que volvió a abrir sus puertas gracias a la nueva   “La Universidad de 1788 fue organizada
               organización que le dio el Obispo. Minayo, cuyo    por los mismos estatutos y constitucio-
               Auto está firmado el 3 de enero de 1786 [7].       nes que regían las anteriores, funcionó

                                                                  en el mismo local que la gregoriana, con
               Al respecto, González González afirma que en       sus mismas cátedras y Facultades, con
               el Archivo de la Universidad Central se guarda     las rentas y usufructos de la antigua fun-
               constancia documental de que la San Gregorio       dación y de los religiosos expulsos que la
               siguió en funciones y graduando desde el Co-       establecieron; con parte de su profesora-
               legio Seminario de San Luis, ya bajo responsa-     do, es decir, con todo aquel que no siendo


                                                           Rev Fac Cien Med (Quito) 2019-Vol. 44 Núm. 1  83
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