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seres humanos: comunicarnos Platón. Ese movimiento del tiem- Moravia a Pasolini y Juan el cancer, me dijo sonriendo:
con palabras. Porque cuando po, la certeza de que la inmortali- Goytisolo y yo -montoneros his- "Como en el béisbol, la tercera es
mueren las palabras, sobreviene dad no se sabe inmortal y de que pánicos- a favor del, finalmente, la vencida. Three strikes and you
la "selva salvaje" de la violencia, nuestras vidas se disminuyen si premiado Buñuel. are out".
la ignorancia y la guerra de todos dejan pasar, con aire solemne, las
contra todos. mil y una diversiones de la vida En las playas del Lido, Susan La "vencida" llego con la
cotidiana, son temas que le dieron tenla por lectura ligera, de vaca- Navidad del 2004. La noticia de
No minimizo la producción liter- una originalidad necesaria a obras ciones, a Henry James. En los su muerte me retrotrae a ese dial-
aria de Sontag si recuerdo que como Contra la interpretación y cafés de Manhattan, descubrió ogo reciente en Montreal, cuando
este humanismo verbal propio de La voluntad radical. Sontag, den- antes que nadie en America la Susan culminO nuestra conver-
su perfil la pinta de cuerpo entero. tro de la cavema de Platón, veIa gran novela de Italo Calvino, Si sación sobre agendas de nuestro
la proyección del cine de una noche de inviemo un viajero, tiempo con una rotunda afirma-
Susan estuvo presente en Fassbinder y de Ichikawa, del arte y me confió -alegria compartida- ción: "La condición femenina, el
Vietnam para denunciar el error de Warhol y de los ensayos de que "esa es la novela que me acceso de la mujer a la dignidad,
de una guerra y en Sarajevo para Barthes. hubiese gustado escribir". Este al trabajo, a la ley, a la plena per-
atestiguar el horror de otra. sentimiento de la admiración y la sonalidad, seth el tema central del
Pero hubo un momento en el que sorpresa -la capacidad de des- siglo XXI".
Su batalla polItica final la dio Susan Sontag entró de Ileno en cubrir y querer lo desconocido,
contra el gobiemo de George W. temas que claman nuestra aten- prueba de juventud permanente- Recordé, escuchándola, viéndoia
Bush y los peligros de una politi- ción y no la obtienen, entre otros era habitual en ella y nos llevaba transformada por la enfermedad,
ca extema producto de la igno- motivos, porque carecen de atrac- a sus amigos a leer lo que, sin a la joven de dieciocho años que
rancia, la soberbia y el peligro de tivo estético. La enfermedad en ella, acaso hubiese pasado se atrevió a pedirle una entrevista
suprimir, en los propios Estados general. Y el Sida en particular. desapercibido. a Thomas Mann en Los Angeles
Unidos, las libertades pflblicas. Metáforas del mal que y, ya frente a él, no supo qué
Fue la primera y más fuerte voz quisiéramos ocultar en la sombra Recuerdo asi su contagiosa lec- decir. La admiraciOn la rindió.
de los intelectuales del norte con- y nombrar en silencio, Sontag las tura de Sebald, de Nádas, de Pero acaso un dIa, Susan recordó
tra la pandilla de la Casa Blanca y llevó a la luz pfiblica, a la reflex- Manea y de Kuzniewicz. El al Settembnni de La montana
las teorlas suicidas del unilateral- ion humanista, a la revelación. redescubrimiento de Rulfo, cuyo mágica cuando nos dice que no
ismo y la guerra preventiva. Consciente de que el dolor Pedro Páramo prologo. hay gran literatura que no se
requiere un lenguaje, Sontag le refiera al sufrimiento y que no
La inteligencia ciudadana de dio las palabras indispensables a La invite a participar en las con- esté dispuesta, como literatura, a
Susan Sontag hubiese bastado las enfermedades silenciadas, ferencias acerca de la geografia asistimos, a apoyamos en el
para acreditar su importancia trátese de la tuberculosis ayer o de la novela en El Colegio dolor.
moral. Ello no bastaria, sin del Sith boy. Nacional de Mexico donde,
embargo, para olvidar que ante rodeada del entusiasmo del pObli- Y acaso recuerdo para siempre
todo, Susan the una de las may- Lo hizo con el valor y el tacto con co y del amistoso calor de Juan algo que Ic debo al accidente del
ores voces intelectuales de que esta admirable mujer emplea- Goytisolo, José Saramago, cine: la imagen de la nina Susan
America y del mundo. Y segura- ba el lenguaje. Su mayor orgullo Sealtiel Alatriste y J.M. Coetzee, interpretando el papel de la fiera
mente, una de las más renovado- literario era ser novelista. El Sontag hizo un relato magistral Pearl Chavez -ya de grande,
ras. benefactor, Estuche de muerte, de cómo puso en escena, en Jennifer Jones- en la pelicuia
Yo, etcetera, El amante del vol- medio de los horrores de la guer- Duelo al sol. Filmada en la
Su gran aporte consistió en reve- can y En America son obras de ra de Sarajevo, la obra de Samuel Arizona de la infancia de Susan
lar el valor de lo popular, la extrema fidelidad al credo de Beckett, Sontag, la ohm de King Vidor
importancia de lo que pareceria Sontag: la literatura es la reserva preserva para siempre la mirada
menos importante, el cine, la primaria de la sensibilidad. Esperando a Godot, y cómo, en melancólica de una nina morena,
moth, la cursilerla, el camp, la una ciudad asediada, un teatro del de cabellera larga y con fibres en
relevancia de lo marginal, excén- Tuve muchos momentos de amis- asedio devolvia a los especta- el pelo.
trico, perecedero, las obras del tad con ella. Como cojurados en dores ese otro nombre de la
tiempo en su sentido más radical. el Festival Cinematográfico de acciOn que llamamos 'esperanza'. (*) Carlos Fuentes es escritor mex-
Venecia del año 1967, cuando La vi por Oltima vez en Montreal icano mundiahnente conocido.
Cuando la eternidad se mueve, la disputamos preferencias estéti- ci mes de marzo del 2004.
Ilamamos tiempo, escribió cas, ella favorable a Godard, Recuperada de dos batallas contra
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