Page 65 - El Señor de los Anillos
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y abría túneles en los montículos verdes. Un día dejó de mirar hacia arriba, a la
      cima de las montañas, las hojas de los árboles o las flores que se elevaban en el
      aire; llevaba la cabeza y los ojos vueltos siempre hacia abajo.
        » Sméagol  tenía  un  amigo,  Déagol,  muy  parecido,  aunque  de  mirada  más
      aguda y no tan fuerte y rápido. En una ocasión tomaron un bote y fueron a los
      Campos  Gladios  donde  crecían  matorrales  de  lirios  y  junquillos.  Una  vez  allí,
      Sméagol comenzó a curiosear por las márgenes, mientras Déagol permanecía
      sentado en el bote, pescando. De repente un pez grande picó el anzuelo y antes de
      darse cuenta de lo que ocurría, Déagol se vio arrastrado al agua, hasta el fondo.
      Se  dejó  llevar,  porque  creyó  ver  algo  brillante  allá  en  el  fondo  del  río  y
      conteniendo  la  respiración  extendió  la  mano  y  lo  alcanzó.  Luego  salió  a  la
      superficie, chorreando, con hierbas en los cabellos y un puñado de barro y nadó
      hacia la orilla. Se quitó el barro de la mano y, oh qué era aquello, un hermoso
      anillo de oro que brillaba y centelleaba a la luz y le alegraba el corazón. Sméagol
      había  estado  observándolo  desde  detrás  de  un  árbol  y  mientras  Déagol  se
      deleitaba mirando el anillo, se le acercó en silencio.
        » "Dámelo,  Déagol,  mi  querido",  dijo  Sméagol  por  sobre  el  hombro  de  su
      amigo.
        » "¿Por qué?"
        » "Porque  es  mi  cumpleaños,  querido,  y  lo  quiero  para  mí",  respondió
      Sméagol.
        » "No me importa", contestó Déagol. "Ya te di un regalo; más de lo que estaba
      a mi alcance. El anillo lo encontré yo y me lo guardaré."
        » "¿De veras, querido?", dijo Sméagol y tomó a Déagol por la garganta y lo
      estranguló,  pues  el  oro  era  brillante  y  hermoso.  Luego  se  puso  el  Anillo  en  el
      dedo.
        » Nadie pudo descubrir qué había sido de Déagol. Había sido asesinado lejos
      de la casa y el cadáver estaba bien escondido. Sméagol volvió solo y descubrió
      que  la  familia  no  podía  verlo,  cuando  tenía  puesto  el  Anillo.  El  hallazgo  lo
      entusiasmó y ocultó el Anillo empleándolo para descubrir secretos y poniendo
      este conocimiento al servicio de fines torcidos y maliciosos. Alcanzó a tener ojo
      avizor y oído alerta para todo lo que fuera dañino. El Anillo le había dado poder,
      de  acuerdo  con  su  talla  moral.  Se  hizo  muy  impopular  y  los  parientes  se
      mantenían apartados (cuando él era visible). Lo pateaban y él les mordía los pies.
      Se acostumbró a robar y andar de aquí para allá, murmurando entre dientes y
      gorgoteando y por eso lo llamaron Gollum. Lo maldijeron y le ordenaron que se
      fuera lejos. La abuela, deseando tener paz, lo expulsó de la familia y lo echó de
      la cueva.
        » Gollum  anduvo  vagabundo  y  a  solas,  lloriqueando  por  la  crueldad  del
      mundo; remontó el río hasta un arroyo que fluía de las montañas y siguió esa
      dirección. Pescó en lagos profundos con dedos invisibles y se comió los pescados
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