Page 1185 - El Señor de los Anillos
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la cara hacia las Montañas de la Sombra.
"Hubo aflicción en la Ciudad por la partida de Thorongil, y a todos les pareció
una gran pérdida, salvo a Denethor, el hijo de Ecthelion, hombre a la sazón
maduro para la Senescalía, a la que tuvo acceso al cabo de cuatro años, a la
muerte de su padre.
"Denethor II fue un hombre orgulloso, alto, valiente y de aire más soberano
que ningún otro hombre que hubiera aparecido en Gondor durante muchas vidas;
y era sabio además, y previsor, y conocedor de la ciencia. En verdad era tan
parecido a Thorongil como el más cercano de sus parientes, y sin embargo sólo
era el segundo después del forastero en el corazón de los hombres y en la estima
del padre. En ese tiempo muchos creyeron que Thorongil había partido antes de
que el rival se convirtiera en amo; aunque en verdad Thorongil nunca había
competido con Denethor ni se había dado posición más alta que la de servidor de
su padre. Y los consejos que ambos daban al Senescal sólo divergían en un
asunto: Thorongil a menudo advertía a Ecthelion que no confiara en Saruman el
Blanco, de Isengard, y que prefiriera a Gandalf el Gris. Pero era poco el amor
que había entre Denethor y Gandalf; y después de pasados los días de Ecthelion,
el Peregrino Gris ya no fue tan bien recibido en Minas Tirith. Por tanto, más
tarde, cuando todo fue puesto en claro, muchos creyeron que Denethor, que era
de inteligencia sutil y veía más lejos y más profundamente que los demás, había
descubierto en verdad quién era el forastero Thorongil, y que sospechaba que él
y Mithrandir pretendían suplantarlo.
"Cuando Denethor se convirtió en Senescal (2984), se mostró como un señor
imperioso que quería manejar todos los hilos. Hablaba poco. Escuchaba consejos
y luego hacía lo que se le antojaba. Se había casado tarde (2976), tomando por
esposa a Finduilas, hija de Adrahil de Dol Amroth. Era una señora de gran
belleza y gentil corazón, pero murió antes de que hubieran transcurrido doce
años. Denethor la amaba, a su manera, más que a nadie, salvo al mayor de los
hijos que ella le había dado. Pero les pareció a los hombres que Finduilas
languidecía en la ciudad guardada, como una flor de los valles del mar sobre una
roca estéril. La sombra del este la llenaba de horror, y volvía la mirada siempre
al sur, hacia el mar por el que sentía nostalgia.
"Después de la muerte de Finduilas, Denethor se volvió más lóbrego y
silencioso que antes, y permanecía sentado a solas largas horas en la torre,
meditando, previendo que el ataque de Mordor se produciría antes de que él
muriera. Se creyó después que, en busca de conocimiento, pero orgulloso, y
pensando que tenía la fuerza de voluntad suficiente, había osado mirar la palantír
de la Torre Blanca. Ninguno de los Senescales se había atrevido a esto antes, ni
siquiera los reyes Eärnil y Eärnur después de la caída de Minas Ithil, cuando la
palantír de Isildur llegó a manos del Enemigo; porque la Piedra de Minas Tirith