Page 293 - El Señor de los Anillos
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cualquiera de los Sabios derrocara con la ayuda del Anillo al Señor de Mordor,
empleando las mismas artes que él, terminaría instalándose en el trono de Sauron
y un nuevo Señor Oscuro aparecería en la tierra. Y esta es otra razón por la que
el Anillo tiene que ser destruido; en tanto esté en el mundo será un peligro aun
para los Sabios. Pues nada es malo en un principio. Ni siquiera Sauron lo era.
Temo tocar el Anillo para esconderlo. No tomaré el Anillo para utilizarlo.
—Ni yo tampoco —dijo Gandalf.
Boromir los miró con aire de duda, pero asintió inclinando la cabeza.
—Que así sea entonces —dijo—. La gente de Gondor tendrá que confiar en
las armas ya conocidas. Y al menos mientras los Sabios guarden el Anillo,
seguiremos luchando. Quizá la Espada sea capaz aún de contener la marea, si la
mano que la esgrime no sólo ha heredado un arma sino también el nervio de los
Reyes de los Hombres.
—¿Quién puede decirlo? —dijo Aragorn—. La pondremos a prueba algún
día.
—Que ese día no tarde —dijo Boromir—. Pues aunque no pido ayuda la
necesitamos. Nos animaría saber que otros luchan también con todos los medios
de que disponen.
—Anímate, entonces —dijo Elrond—. Pues hay otros poderes y reinos que
no conoces, que están ocultos para ti. El caudal del Anduin el Grande baña
muchas orillas antes de llegar a Argonath y a las Puertas de Gondor.
—Aun así podría convenir a todos —dijo Glóin el enano— que todas estas
fuerzas se unieran y que los poderes de cada uno se utilizaran de común acuerdo.
Puede haber otros anillos, menos traicioneros, a los que podríamos recurrir. Los
Siete están perdidos para nosotros, si Balin no ha encontrado el anillo de Thrór,
que era el último. Nada se ha sabido de él desde que Thrór pereció en Moria. En
verdad, puedo revelar ahora que uno de los motivos del viaje de Balin era la
esperanza de encontrar ese anillo.
—Balin no encontrará ningún anillo en Moria —dijo Gandalf—. Thrór se lo
dio a su hijo Thráin, pero Thráin no se lo dio a Thorin. Se lo quitaron a Thráin
torturándolo en los calabozos de Dol Guldur. Llegué demasiado tarde.
—¡Ah, ay! —gritó Glóin—. ¿Cuándo será el día de nuestra venganza? Pero
todavía quedan los Tres. ¿Qué hay de los Tres Anillos de los Elfos? Anillos muy
poderosos, dicen. ¿No los guardan consigo los Señores de los Elfos? Sin embargo
ellos también fueron hechos por el Señor Oscuro tiempo atrás. ¿Están ociosos?
Veo Señores de los Elfos aquí. ¿No dirán nada?
Los elfos no respondieron.
—¿No me has oído, Glóin? —dijo Elrond—. Los Tres no fueron hechos por
Sauron, ni siquiera llegó a tocarlos alguna vez. Pero de ellos no es permitido
hablar. Aunque algo diré, en esta hora de dudas. No están ociosos. Pero no fueron
hechos como armas de guerra o conquista; no es ese el poder que tienen. Quienes