Page 350 - El Señor de los Anillos
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El mundo es gris ahora y vieja la montaña;
el fuego de la forja es sólo unas cenizas;
el arpa ya no suena, el martillo no cae;
la sombra habita en las salas de Durin,
y la oscuridad ha cubierto la tumba
en Moria, en Khazad-dûm.
Pero todavía aparecen las estrellas ahogadas
en la oscuridad y el silencio del Lago Espejo,
y hasta que Durin despierte de nuevo
en el agua profunda la corona descansa.
—¡Me gusta eso! —dijo Sam—. Me gustaría aprenderlo. ¡En Moria, en
Khazad-dûm! Pero la imagen de todas esas lámparas hace la oscuridad más
pesada, me parece. ¿Hay todavía por aquí montones de oro y joyas?
Gimli no contestó. Había cantado su canción y no quería decir más.
—¿Montones de joyas? —dijo Gandalf—. No. Los orcos han saqueado Moria
a menudo. No queda nada en las salas superiores. Y desde que los enanos se
fueron, nadie se ha atrevido a explorar los pozos o a buscar tesoros en los sitios
más profundos; los ha inundado el agua, o una sombra de miedo.
—¿Entonces por qué los enanos querrían volver? —preguntó Sam.
—Por el mithril —respondió Gandalf—. La riqueza de Moria no era el oro y
las joyas, juguetes de los enanos; tampoco el hierro, sirviente de los enanos. Tales
cosas se encuentran aquí, es cierto, especialmente hierro; pero no cavaban para
eso; todo lo que deseaban podían obtenerlo traficando. Pues este era el único sitio
del mundo donde había plata de Moria, o plata auténtica como algunos la
llamaban: mithril es el nombre élfico. Los enanos le dan otro nombre, pero lo
guardan en secreto. El valor del mithril era diez veces superior al del oro y ahora
ya no tiene precio, pues queda poco en la superficie y ni siquiera los orcos se
atreven a cavar aquí. Las vetas llevan siempre al norte, hacia Caradhras y abajo,
a la oscuridad. Ellos no hablan de eso, pero si es cierto que el mithril fue la base
de la riqueza de los enanos, fue también la perdición de estas criaturas, que
cavaron con demasiada codicia, demasiado abajo y perturbaron aquello de que
huían, el Daño de Durin. De lo que llevaron a la luz, los orcos recogieron casi
todo y se lo entregaron como tributo a Sauron.
» ¡Mithril! Todo el mundo lo deseaba. Podía ser trabajado como el cobre y
pulido como el vidrio; y los enanos podían transformarlo en un metal más liviano
y sin embargo más duro que el acero templado. Tenía la belleza de la plata
común, pero nunca se manchaba ni perdía el brillo. Los elfos lo estimaban
muchísimo y lo empleaban entre otras cosas para forjar los ithildin, la estrella-
luna que habéis visto en la puerta. Bilbo tenía una malla de anillos de mithril que