Page 65 - Libro El Perú en la Antártida
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EL PERÚ EN LA ANTÁRTIDA
 LA CARRERA AL POLO SUR PRIMERA EXPEDICIÓN DE ROBERT SCOTT
Robert Falcon Scott fue un oficial de la armada británica que había desperta- do al interés científico y exploratorio de mares australes. En su juventud tuvo contacto con sir Clements Markham, en ese entonces presidente de la Royal Geographic Society, quien lo persuadió a Scott de llevar a cabo misiones de exploración.
En 1901 se preparó la expedición Discovery, patrocinada por la Royal Geo- graphic Society y la Royal Society, la que tuvo como objetivo abrir el camino al ansiado Polo Sur. Esta expedición haría dos travesías a la Antártida. Para ello, se construyó el RRS Discovery, el cual fue diseñado para soportar el escena- rio antártico.
La primera de las expediciones salió en agosto de 1901 y llegó hasta el cabo Col- beck en la península de Eduardo VII, divisó a lo lejos picos áridos sobre una masa de hielo, los que no la dejaron avanzar. En ese punto, Scott, utilizando un globo aerostático, divisó la interminable barrera de hielo que se abría delante de ellos.
Robert Falcon Scott.
Scott (al centro) junto a Ernest Shackleton (izquierda) y Edward Wilson en la Antártida, noviembre de 1902.
Emplazado rumbo al norte, en la isla de Ross, Scott estableció un campamen- to en la península de Hut Point. Determinado a seguir explorando aquel manto de hielo que se internaba muy al sur, inició una marcha junto a Ernest Schac- kleton (quien luego tomaría renombre en las expediciones antárticas), el Dr. Edward Wilson y un grupo de perros. Partieron el 2 de noviembre de 1902 en dirección al sur en línea recta.
Un mes y medio después del recorrido, los expedicionarios constataban con sorpresa que aquel enorme manto de hielo aparentaba no tener fin. Las duras condiciones atmosféricas golpeaban ya a los exploradores. No obstante, el espectáculo que se les ofrecía era impresionante, esta vez con montañas y laderas que surgían una tras otras. Los expedicionarios fueron otorgando nombres a algunas de ellas. Así surgió el monte de Markham, el más alto que se conoce en la Antártida (4 602 m. s. n. m.). En ese punto, los perros eran los más afectados por la falta de raciones, por eso se tuvo que sacrificar a los que estaban más débiles.
El Dr. Wilson constató que el escorbuto y dolores articulares mellaban cada vez más, lo que hizo imposible continuar con lo proyectado, por lo que se deci- dió el regreso a la base hacia el 30 de diciembre de 1902. Los testimonios elocuentes dejados por los expedicionarios son los siguientes; Scott escribe:
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