Page 4 - El tiempo en la educación
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Según estudios la enseñanza propiamente dicha llega a ocupar menos del 50% del tiempo
                  establecido.

                  El tiempo educativo es una variable sensible, puede estar en continua variación (reducción-
                  ampliación) dependiendo de la administración y gestión que hagamos de ese tiempo podrá
                  provocar mejoras en los aprendizajes de  los alumnos, sin siquiera modificar la jornada simple.

                  También es honesto manifestar que la elección de la ampliar la jornada escolar (especialmente
                  en los países de América Latina) se sustenta en que es una decisión positiva y produce mejoras
                  en la calidad de  los aprendizajes de sectores considerados  socialmente vulnerables, pero no
                  así en los grupos escolares de sectores urbanos de clase media.



                    TIEMPO CRONOMETRADO Y TIEMPO VIVIDO



                  Este es otro supuesto falso, el tiempo vivido es subjetivo y la percepción del mismo, dependerá
                  del ofrecimiento pedagógico que se presente al alumnado (el tiempo será provechoso más allá
                  de su cantidad).

                  En este apartado también entran en juego otros aspectos: ritmos fisiológicos, vigor o cansancio
                  y los períodos de concentración del alumno durante la clase.



                  La política de incrementar las horas de clase no puede soslayar la mirada cuando deba tomar
                  una decisión de este tipo, más aún sin hacer hincapié en la calidad de las propuestas
                  pedagógicas (en formato de talleres, actividades culturales, desarrollar clases en espacios no
                  tradicionales, calidad de los alimentos ofrecidos por el comedor, etc.).



                        TIEMPO UNIFORME Y TIEMPO FLEXIBLE



                  La escuela siempre                                     estipuló al tiempo (y lo sigue
                  haciendo) como algo                                    físico y uniforme, y lo usa para
                  una meta netamente                                     organizacional de la institución.
                  Esta estructuración                                    rígida, hoy se da de bruces con la
                  sociedad (multiforme,                                  flexible y móvil) de donde
                  provienen sus alumnos.                                 Entonces de allí la inadecuación
                  entre los ritmos                                       escolares y los objetivos más
                  prácticas educativas.


                  Flavia Terigi plantea revisar lo que llama el   ”cronosistema” escolar para que pueda cumplir los
                  deseos de apertura de la escuela al entorno, usar la tecnología y atender la heterogeneidad de
                  sus alumnos, diversificar las prácticas pedagógicas y las fuentes del conocimiento y fomentar la
                  participación activa de los alumnos en la construcción de conocimientos que necesitan de un
                  tiempo variable, adaptable y móvil.
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