Page 9 - Familia Urgencias y turbulencias
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                 Lógicamente, este estado provoca agitación. Tanta que una
               de las características de esta generación es hablar a voces.
               ¿Por qué hablan tan alto? Porque ha disminuido la conviven-
               cia en casa. Es la convivencia lo que disminuye el volumen de
               voz. Si el chico está en el salón y hay gente en la cocina o en
                  Muestra gratuita
               la habitación: “Chico, habla más bajo”. Ahora bien, en los
               espacios abiertos, como los patios de las escuelas, los centros
               comerciales o la calle el tono de voz se eleva. Cuando el niño
               llega a la escuela, empieza a hablar más alto. En casa es ne-
               cesario compatibilizar los sonidos que se emiten, ya que uno
               está escuchando música, el otro escribe en el ordenador, etc.

                 Aun así, parte de los jóvenes de hoy día no consigue ar-
               monizar las variaciones de voz. Porque viven en un espacio
               abierto o solos, encerrados con el teléfono pegado a la ore-
               ja; un teléfono que ha vuelto a ser de grandes dimensiones,
               porque es una expresión simbólica del aislamiento. Mira qué
               ambigüedad: el mismo adolescente que vive en grupo, que
               tiene que pertenecer a la tribu, es el mismo que cuando llega
               a casa quiere un absoluto aislamiento.
                 —¿Dónde está tu hijo?

                 —Está encerrado en su habitación.
                 —¿Y cuándo está en la calle por dónde anda?
                 —No lo sé, por ahí.
                 El “por ahí” debe ser un lugar lleno de adolescentes. El
               “por ahí” es en grupo. En casa se encierra en su cueva. Con la
               familia vive en completo aislamiento. En cambio, con el grupo
               lo hace en movimiento continuo.
                 Este nomadismo exagerado tiene un reflejo: el hecho de que
               el territorio de la familia, que es la casa, deje de ser un espacio
               de convivencia y pase a ser tan solo un espacio de vivencia.
               “Es donde duermo”, “es donde me ducho”, “es donde como


                                                        © narcea s. a. de ediciones






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