Page 4 - Biblia Católica para Jóvenes
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42. Salmos 23/11/2020 08:09 Página 937
937 Salmos 5 9
SALMO 3
La confianza en Dios, entra en
garantía de seguridad S
2 Sm 15 13-14; Sal 18 3; 62 8; Jon 2 10 Oración A
1 L
Salmo de David. Cuando huía de su hijo Ab-
salón.
Para toda ocasión,
2
Señor, ¡qué numerosos son mis adversarios, un salmo
cuántos los que se levantan contra mí!
3 ¡Cuántos son los que dicen de mí: ¡Gracias, Señor! ¡Te alabo, oh Dios mío!
«Dios ya no quiere salvarlo»! ¡Sálvanos de la opresión y la injusticia! Dios
mío, ¿por qué sufro?
Pero tú eres mi escudo protector y mi gloria, El libro de los Salmos incluye muchos
4
tú mantienes erguida mi cabeza. estilos de oración: individual, comunitaria y
5 Invoco al Señor en alta voz como pueblo. En ellos, los judíos hacen de su
y él me responde desde su santa Montaña. experiencia humana una plegaria (ver «Salmos
6 principales según su género literario», p. 1741).
Yo me acuesto y me duermo,
y me despierto tranquilo Ora con el Salmo 1, para sentirte seguro/a
porque el Señor me sostiene. y que el Señor te proteja en el camino de los
7 justos. Después ora con el Salmo 4, para
No temo a la multitud innumerable, experimentar el alivio que da estar en manos
apostada contra mí por todas partes.
de Dios cuando sufrimos angustias y ofensas.
8 ¡Levántate, Señor! Deja que la confianza de los salmistas te ayude
¡Sálvame, Dios mío! a incrementar tu propia confianza en Dios.
Tú golpeas en la mejilla a mis enemigos Sal 4
y rompes los dientes de los malvados.
9 ¡En ti, Señor, está la salvación,
y tu bendición sobre tu pueblo!
SALMO 5
SALMO 4 Invocación a la bondad
y a la justicia de Dios
Súplica y exhortación
Sal 84 4; Prov 6 17-19; Sal 138 2; Ap 7 15-16
a la confianza en Dios 1 Del maestro de coro. Para flautas. Salmo de
Ef 4 26; Sal 51 21; Dn 9 17
David.
1 Del maestro de coro. Para instrumentos de
2 Señor, escucha mis palabras,
cuerda. Salmo de David.
atiende a mis gemidos;
2 Respóndeme cuando te invoco, Dios, mi defensor, 3 oye mi clamor, mi Rey y mi Dios,
tú, que en la angustia me diste un desahogo: porque te estoy suplicando.
ten piedad de mí y escucha mi oración.
4 Señor, de madrugada ya escuchas mi voz:
Y ustedes, señores, por la mañana te expongo mi causa
3
¿hasta cuando ultrajarán al que es mi honor, y espero tu respuesta.
amarán lo que es falso
5 Tú no eres un Dios que ama la maldad;
y buscarán lo engañoso?
4 Sepan que el Señor hizo maravillas por su amigo: ningún impío será tu huésped,
6
él me escucha siempre que lo invoco. ni los orgullosos podrán resistir
5 delante de tu mirada.
Tiemblen, y no pequen más;
reflexionen en sus lechos y guarden silencio, Tú detestas a los que hacen el mal
6 ofrezcan los sacrificios que son debidos 7 y destruyes a los mentirosos.
y tengan confianza en el Señor. ¡Al hombre sanguinario y traicionero
lo abomina el Señor!
7
Hay muchos que preguntan:
«¿Quién nos mostrará la felicidad, 8 Pero yo, por tu inmensa bondad,
si la luz de tu rostro, Señor, llegaré hasta tu Casa,
se ha alejado de nosotros?». y me postraré ante tu santo Templo
Pero tú has puesto en mi corazón más alegría
8 con profundo temor.
que cuando abundan el trigo y el vino. 9 Guíame, Señor, por tu justicia,
9 Me acuesto en paz y enseguida me duermo, porque tengo muchos enemigos:
porque solo tú, Señor, aseguras mi descanso. ábreme un camino llano.