Page 6 - Biblia Católica para Jóvenes
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42. Salmos  23/11/2020  08:09  Página 939




                                                              939                      Salmos 10 6



                             Vive la Palabra                                                         S
                                                                                                     A
                                                                                                      L
                             La dignidad humana, un regalo de Dios
                             ¡Los seres humanos somos el centro del universo, más importantes aún que el sol y las galaxias! Nuestro
                             valor es superior porque Dios nos creó a su imagen y semejanza (Gn 1 26), no por tener más cualidades
                             que otros seres de la naturaleza.
                                Si viajáramos con los astronautas, la visión cósmica nos mostraría nuestra pequeñez. Esta sensación
                             de insignificancia y grandeza a la vez hace que el salmista exclame: «¿qué es el hombre para que
                             pienses en él, el ser humano para que lo cuides?» (Sal 8 5). Sin embargo, Dios nos tiene presentes
                             siempre en su corazón.
                                Al orar con el Salmo 8, reconoce tu grandeza como creación maravillosa de Dios, alábalo con gozo
                             por hacerte como eres, y asume tu responsabilidad de amar y cuidar nuestro planeta.
                                                                                             Sal 8



                           18 todos los rebaños y ganados,      14 Ten piedad de mí, Señor,
                            y hasta los animales salvajes;        mira cómo me oprimen los que me odian,
                           19 las aves del cielo, los peces del mar  tú que me alzas de las puertas de la Muerte
                            y cuanto surca los senderos de las aguas.  15 para que pueda proclamar tus alabanzas
                           10                                     y alegrarme por tu victoria
                            ¡Señor, nuestro Dios,
                            qué admirable es tu Nombre en toda la tierra!  en las puertas de la hija de Sion.
                                                                  Los pueblos se han hundido
                                                                16
                                        SALMO 9                   en la fosa que abrieron,
                                                                  su pie quedó atrapado en la red que ocultaron.
                               El Señor, juez de las naciones   17
                                                                  El Señor se dio a conocer, hizo justicia,
                             Sal 138 1; 96 13; 37 39; 7 18; Job 7 18; 16 18
                                                                  y el impío se enredó en sus propias obras.
                           11
                            Del maestro de coro. Para oboes y arpa. Sal-  18 Vuelvan al Abismo los malvados,
                            mo de David.
                                                                  todos los pueblos que se olvidan de Dios.
                           12 Te doy gracias, Señor, de todo corazón  19 Porque el pobre no será olvidado para siempre
                            y proclamaré todas tus maravillas.    ni se malogra eternamente
                           13 Quiero alegrarme y regocijarme en ti,  la esperanza del humilde.
                            y cantar himnos a tu Nombre, Altísimo.
                                                                20 ¡Levántate, Señor!
                            Cuando retrocedían mis enemigos,      Que los hombres no se envanezcan,
                           14
                            tropezaron y perecieron delante de ti,
                           15 porque tú defendiste mi derecho y mi causa,  21  y las naciones sean juzgadas en tu presencia.
                                                                  Infúndeles pánico, Señor,
                            sentándote en el trono como justo Juez.  para que aprendan que no son más que hombres.
                            Escarmentaste a las naciones,
                           16
                            destruiste a los impíos                         SALMO 10 (9)
                            y borraste sus nombres para siempre;     Sal 22; 17 2.12; Ex 22 21-22; Dt 10 18
                           17                                   1
                            desapareció el enemigo: es una ruina irreparable;  ¿Por qué te quedas lejos, Señor,
                            arrasaste las ciudades, y se perdió hasta su recuerdo.  y te ocultas en los momentos de peligro?
                                                                2
                           18 Pero el Señor reina eternamente    El pobre se consume por la soberbia del malvado
                            y establece su trono para el juicio:  y queda envuelto en las intrigas tramadas contra él.
                           19 él gobierna al mundo con justicia  3 Porque el malvado se jacta de su ambición,
                            y juzga con rectitud a las naciones.  el codicioso blasfema y menosprecia al Señor;
                           10                                   4
                            El Señor es un baluarte para el oprimido,  el impío exclama en el colmo de su arrogancia:
                            un baluarte en los momentos de peligro.  «No hay ningún Dios que me pida cuenta».
                           11  ¡Confíen en ti los que veneran tu Nombre,  Esto es lo único que piensa.
                            porque tú no abandonas a los que te buscan!  5 Sus caminos prosperan constantemente;
                           12
                            Canten al Señor, que reina en Sion,  tus juicios, allá arriba, lo tienen sin cuidado;
                            proclamen entre los pueblos sus proezas.  elimina de un soplo a todos sus rivales
                           13 Porque él pide cuenta de la sangre,  6 y se dice a sí mismo: «No vacilaré,
                            se acuerda de los pobres y no olvida su clamor.  seré siempre feliz, no tendré contrariedades».
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