Page 5 - Revista Nuevos Aires de Bolívar (Nº 17)
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Nuevos Aires
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          Su  pasión  era  tal,  que  una  de  sus  pa- la terapia.
      cientes  más  famosas,  Hilda  Doolittle,  re-     Su amor por los animales, se evidencia
      cuerda  jocosamente  que  en  una  de  sus  en una carta que compartió con la prince-
      consultas,  entró  uno  de  sus  perros  y  sa de Francia María Bonaparte, en la que
      Freud  se  distrajo  tanto  que  perdió  total- le dice: “Realmente puedo entender como
      mente el hilo de la conversación.      uno puede amar a un animal como Topsy,
                                             la  mascota  de  la  princesa,  o  Jofi  con  tan
          Pese  a  que  en  esa  ocasión  el  amor  por  extraordinaria  intensidad:  cariño  sin  am-
      sus perros lo hizo desconcentrarse, descu- bivalencia, la simplicidad de la vida libre
      brió  algo  demasiado  interesante:  Sus  pa- de todos los conflictos de la civilización, la
      cientes  parecían  sentirse  más  calmados  y  belleza de la existencia por lo que es, to-
      abiertos con la presencia de sus perros en  do."
      el consultorio.
                                                 La que más tocó su corazón fue Jofi, la
          En un principio, no estaba nada intere- describió así: "Es una criatura encantado-
      sado en las conexiones emocionales entre  ra,  tan  interesante  en  sus  características
      los animales y los humanos, pero después  femeninas:  salvaje,  impulsiva,  inteligente
      de conocer en carne propia los beneficios,  y no tan dependiente como suelen ser los
      comenzó  a  recomendarlos  como  parte  de  perros… y algunos humanos."
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