Page 145 - El Necronomicon
P. 145

MARDUK
       ADAR

       ¡Casa del Agua de la Vida
       Pálido ENNKIDU
       Escúchame!
       ¡Espíritu de los Mares, Recuerda!
       ¡Espíritu de las Tumbas, Recuerda!

          Con estos Encantamientos y con los otros, los hechiceros y
       las  hechiceras  invocan  muchas cosas que dañan la vida del
       hombre. Y crean imágenes de cera, de harina y de miel, y de to-
       dos los metales, y las queman o las destruyen, y entonan las an-
       tiguas maldiciones, provocando así la caída de hombres, ciuda-
       des y civilizaciones. Y causan plagas, porque invocan a PAZUZU.
       Y causan locuras, porque invocan a AZAG-THOTH.
          Y estos Espíritus vienen en el Viento, y algunos por la Tierra,
       arrastrándose. Ningún aceite o polvo basta para salvar a un hom-
       bre  de  esta iniquidad, a excepción de los exorcismos recitados
       por el hábil Sacerdote. Y trabajan bajo la Luna, no bajo el Sol, y
       bajo planetas más viejos que los que conocían los caldeos.
          Y en las cuerdas atan nudos, y en cada uno hay un hechizo.
       Si estos nudos se encuentran, pueden deshacerse y quemarse
       las cuerdas, quedando el hechizo roto, tal como se escribe:

          Y SUS HECHICERÍAS SERÁN COMO LA CERA DERRETI-
       DA, Y DEJARÁN DE EXISTIR.

          Y un hombre puede gritar: ¿Qué he hecho para que me caiga
       a mí y a mi generación semejante mal? Lo cual no significa nada,
       a excepción de que un hombre, al nacer, es de tristeza, pues es
       de la Sangre de los Antiguos, pero posee el Espíritu de los Dio-
       ses Mayores que le fue insuflado. Y su cuerpo va hacia los Anti-
       guos, pero su mente se vuelve hacia los Dioses Mayores; ésta es
       la Guerra que siempre se librará hasta la última generación del
       hombre; porque el Mundo es antinatural. Cuando el Gran KUTU-


                                                              147
   140   141   142   143   144   145   146   147   148   149   150