Page 157 - El Necronomicon
P. 157

bien, como si estuviera afectado por alguna enfermedad, atonta-
       do.

          Mis libros han perdido su luz y reposan sobre los anaqueles
       como si fueran animales dormidos o muertos. Estoy enfermo por
       las voces que oigo ahora; parecen las voces de mi familia, aban-
       donada detrás de mí hace tantos años que ya es imposible con-
       cebir que me rodee. ¿Es que no comprendí su prematura y anti-
       natural muerte? ¿Pueden los demonios que aguardan en el Exte-
       rior imitar con tanta maldad las voces de mis padres, de mi her-
       mano... mi hermana?
          ¡MARCHAOS!
          ¡Qué este Libro era un amuleto, un Sello de Protección! ¡Qué
       mi tinta era la tinta de Dioses y no de Hombres! Pero debo escri-
       bir con rapidez, y si no podéis leer o comprender esta escritura,
       quizá sea una señal suficiente de la fuerza y poder de los demo-
       nios que hay en estos momentos y lugares y seguro que será
       una advertencia para que tengáis cuidado y no los invoquéis a la
       ligera; y bajo ninguna circunstancia busquéis abrir sin cuidado el
       PÓRTICO al Exterior, pues nunca podréis conocer las Estaciones
       de los Tiempos de los Antiguos, aunque seáis capaces de reco-
       nocer sus Estaciones sobre la Tierra por las reglas que ya os he
       instruido a calcular; pues sus Tiempos y Estaciones en el Exterior
       son irregulares y extraños a nuestras mentes porque, ¿no  son
       Ellos los Calculadores de Todo el Tiempo? ¿No colocaron Ellos el
       Tiempo en su Lugar? No bastó que los Dioses Mayores (¡apia-
       daos de vuestro sirviente!) colocaran a los Peregrinos para mar-
       car  sus  espacios,  ya  que tales espacios como existían eran el
       trabajo  de los  Antiguos. Si no hubiera un Sol que brillara, si
       SHAMMASH no hubiera nacido, ¿pasarían los años con  tanta
       rapidez?
          Esforzaos siempre por mantener el Pórtico Exterior cerrado y
       sellado con las instrucciones que os he dado, con los sellos los
       Nombres que aparecen aquí.
          Esforzáos siempre por contener los Poderes de los Cultos la
       antigua Adoración, para que no se hagan fuertes en su sangre


                                                              159
   152   153   154   155   156   157   158   159