Page 158 - El Necronomicon
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derramada y en su sacrificio. Por sus heridas los conoceréis y
por su olor, pues no nacen como los hombres, sino de otra mane-
ra: por alguna corrupción de simiente o de espíritu que les ha da-
do otras propiedades que las que nosotros conocemos. Y prefie-
ren los Lugares Oscuros, ya que su Dios es un Gusano.
¡IA! ¡SHADUYYA IA! ¡BARRA! ¡BARRA! ¡IA KANPA! ¡IA KAN-
PA!
¡ISHNIGARRAB! ¡IA! ¡NNGI IA! ¡IA!
Las Estrellas se hacen tenues en sus lugares, y la Luna em-
palidece ante mí, como si un velo hubiera sido corrido sobre su
llama. Demonios con cara de perro se acercan a mi santuario.
Extrañas líneas aparecen talladas sobre mi puerta y paredes, y
la luz de la Ventana se vuelve muy tenue.
Se ha levantado un viento.
Las aguas oscuras se agitan.
Éste es el libro del Sirviente de los Dioses...
Fin del libro
EL NECRONOMICÓN
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