Page 40 - El Necronomicon
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limpio y nuevo, el cual debe llevar inscritos los signos apropia-
dos, que son los tres signos grises que aparecían tallados en la
Roca de mi inciación y que se muestran a continuación:
Deben ser grabados en el cuenco con un punzón fino o ser
pintados con tinta oscura. El sacrificio ha de consistir en pan re-
cién hecho, resina de pino y la hierba Oderibos. Han de ser que-
mados en el cuenco nuevo y tener la Espada del Observador a
mano, con su Signo grabado en la superficie, porque él habitará
en ella en el momento de la Llamada y se marchará cuando se le
dé permiso para hacerlo.
El Observador procede de una Raza diferente a la de los
Hombres y también distinta a la de los Dioses; se cuenta que se
encontraban con KINGU y sus hordas en el transcurso de la
Guerra entre los Mundos, pero, insatisfecho, se pasó a los Ejérci-
tos del Señor MARDUK.
Por lo tanto, es de sabios invocarlo en los Nombres de los
Tres Grandes Observadores que existieron antes de la confron-
tación, de quienes el Observador y su Raza descienden en última
instancia, y esos Tres son ANU, ENLIL y el Señor ENKI, el de las
Aguas Mágicas. Por esa razón a veces se los llama los Tres Ob-
servadores, MASS SSARATI y el Observador MASS SSARATU o
KIA MASS SSA-RATU.
El Observador aparece a veces como un Perro grande y fe-
roz, que ronda alrededor del Pórtico o el Círculo y espanta a los
idimmu que siempre acechan por las barreras, a la espera del
sacrificio. Y el Observador aparece en ocasiones como un Espíri-
tu grande y noble, blandiendo la Espada de Llamas, ante el cual
incluso los Dioses Mayores sienten respeto. Y a veces el Obser-
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