Page 191 - Libros de Caballerías 1879
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LA DERROTA DE ARCALAUS
—Así se haga como lo mandáis —dijo Amadís.
Entonces mandaron a !a gente que descabalgasen
e pusiesen los caballos por aquel campo, e buscasen
algo de comer.
Poco después vieron venir las batallas de la gente
que el rey Perión traía, que venían a más andar. El
rey Lisuarte demandó un caballo e dijo al rey Cil-
dadán que tomase otro y que irían a rescebir al rey
Perión.
Amadís le dijo:
—Señor, por mejor habría, si por bien lo tovier-
des, que descanséis y curen de vuestras feridas, que
el Rey mi señor no dejará de venir su camino has-
ta vos ver.
El Rey le dijo que en todo caso quería ir. En-
tonces cabalgó en un caballo, y el rey Cildadán e
Amadís en los suyos, e fueron contra donde el rey
Perión venía. Amadís mandó a Durín que pasase
adelante dellos e hiciese saber a su padre la ida
del rey Lisuarte. Así fueron, como oídes, e mu-
chos de aquellos caballeros con ellos, e Durín andovo
más y llegó al Rey e dijóle el mandado de Ama-
dís; y él tomó consigo a varios caballeros e llegó al
rey Lisuarte, e como se vieron, salieron entrambos
adelante el uno al otro, e abrazáronse con buen
talante, e cuando el rey Perión le vio así llagado e
mal parado, e las armas despedazadas, dijóle:
—Paréceme, buen señor, que no partistes del real
tan mal trecho como agora vos veo, aunque allá vues-
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