Page 156 - Huasipungo - Jorge Icaza
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Se escurrió cautelosamente hasta el J57.
fondo de las tinieblas, dejando cerrada la
puerta. El perro le hizo algunas fiestas y
tuvo miedo de ir tras él. una raposa se le
enredó entre los pies.
-¡ Caraju!
Se barajó en la obscuridad como un ladrón. Ir
al pueblo a buscar algún descuido le parecía aho-
ra tan difícil. Es que ya los descuidos escasean y
los cha·gras se han puesto alerta. ¿A dónde ir? Ha-
lúa que regresar a la choza con algo. De pronto
se le clavó muy hondo en la resolución nna idea.
¡La mortecina! ¡El Buey! Si el patrón le descu-
bre le 1nolerá a palos. Siente momentos d¡; vaci-
lación, pero como no hay otro riesgo que correr
era indispensable éorrer ese.
Temeroso, como lobo que se acerca al redil ol-
fateando en las tinieblas la ruta oculta, se desliza
loma abajo. El viento le aletea en el rostro har-·
tándole de esperanzas.
A , la misma hora algunas chozas dejan escapar
bultos que también se barajan entre los matorra-
les y los recodos. Los ojos del Andrés, hechos ya a
la obscuridad, alcanzan a divisar las siluetas de unos
hombres que corren de un cobijo a otro del campo.
"Caraju, maldición, isos cojudos ya mi adelan-
taron".
H u A S p TI N G o
Biblioteca Nacional del Ecuador "Eugenio Espejo"