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José Manuel Bermúdez Siaba
cia ya que recoge la historia, pruebas de nobleza e hidalguía de los apellidos y
linajes, entre los que se encuentra el apellido Muros. Este también figura en el
«Diccionario Heráldico y Nobiliario de los Reinos de España» de Fernando
González Doria, aunque presenta menos datos que el «Nobiliario Español ».
(*) Datos de 2.016.
La exclaustración de los frailes del
Convento de Louro
La llamada «desamortización de Mendizabal» supuso la venta del edificio
del convento de los Padres Franciscanos de Louro, junto con la exclaustración
de los frailes que allí moraban.
Esta desamortización, aplicada en toda España, fue una más de las inicia-
das en el siglo XVIII, y consistió en poner en el mercado, previa expropiación
forzosa y mediante una subasta pública, las tierras y bienes que hasta entonces
no se podían enajenar y que se encontraban en poder de las llamadas «manos
muertas», es decir, la Iglesia Católica y las órdenes religiosas -que los habían
acumulado como habituales beneficiarias de donaciones, testamentos y abintes-
tatos-. Esta desamortización española presentó las características siguientes:
«apropiación por parte del Estado y por decisión unilateral suya de bienes
inmuebles pertenecientes a «manos muertas»; venta de los mismos, y asig-
nación del importe obtenido con las ventas a la amortización de los títulos
de la deuda».
Así, por Real Orden de 29 octubre de 1835 se mandaron suprimir todos los
monasterios y conventos de hombres. En el caso del convento de Louro, los trá-
mites fueron muy rápidos, no así su venta, que se produjo el 22 de julio de 1848.
Los bienes fueron adjudicados, previa subasta, a D. Manuel Venancio Martínez,
en la cantidad de 6230 pesetas. Los frailes habían abandonado el convento el 9
de diciembre de 1835. (El transcurrir quince años entre la exclaustración y la
venta, supuso que las instalaciones, abandonadas sufrieran un deterioro notable).
Expulsados los religiosos, sólo quedaron allí, y de forma muy temporal, el
Guardián P. Guntín y el P. González. Éstos, junto al resto de los frailes, abando-
nados los hábitos y se establecieron en Muros (algunos en Louro), como así lo
prueba un oficio del Prior de la Colegiata de Muros, D. José Antonio Giance de
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