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También  presumen  que “todos”  estos  cambios  influyeron  de  manera “positiva” en  las
           condiciones de salud de la población: México “pudo” alcanzar en 2015, ostentan, “casi” todas las
           metas en salud de los Objetivos del Fin de desarrollo del Milenio. ¿Deveras?

               Claro que, a pesar de este quimérico escrutinio macro y su mercadotécnico lenguaje inaugurado
           durante el foxismo, las prioridades sanitarias nacionales siguen estando mucho peor, justamente
           con y por ese multicuestionado Seguro Popular.

               Según el Informe General Ejecutivo. Cuenta Pública 2016 de la ASF, en cuanto a infraestructura,
           equipamiento y disposición de recursos humanos, de 2004 a 2016, justo todo el periodo de vida del
           malhadado Seguro Popular, aumentó 37.9 por ciento la cantidad de unidades médicas de consulta
           externa  y  de  hospitalización,  y  59.8  la  de  médicos  y  enfermeras  enfocados  a  atender  a  los
           derechohabientes  de  las  instituciones  de  seguridad  social  y  a  los  beneficiarios  del  Sistema  de
           Protección Social en Salud (Seguro Popular). Sin embargo su crecimiento no fue proporcional al
           incremento de 97.8 por ciento de la población con acceso a servicios públicos.

               Además de que –en el mismo periodo– la ASF detectó que la mortalidad hospitalaria se disparó
           ¡2 mil 400 por ciento! Esos resultados “sugieren”, comunica, que “probablemente la eficiencia de la
           atención médica en las instituciones públicas estaría presentando importantes deficiencias”.

               En tanto, la Cofepris reconoce la existencia de 16 mil consultorios adyacentes a farmacias con
           consultas que cuestan entre 20 y 50 pesos. Y hay quien estima que hasta 65 por ciento de quienes
           recurren a ellos son derechohabientes de alguna institución pública.

               Sin  embargo,  el  Inegi-Santaella  aprende,  y  pronto,  del  Coneval-González  Licona.  Como  los
           fantásticos “logros” del Seguro Popular de Frenk, ahora resulta, según el Inegi-Santaella, que los
           mexicanos  se  consideran “satisfechos” con  los  indicadores  del “bienestar  autoreportado” de  la
           población urbana. Y por lo que toca a su “estado de salud”, faltaba más, el Inegi-Santaella garantiza
           que su “valoración” entre enero 2017 y enero 2018 es exactamente la misma: ¡8.3! ¿En qué México
           viven? ¿”Logros” del Seguro Popular para Meade y Anaya?
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