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A 16 meses de entrar en vigor las Afores, Zedillo afirmó que el nuevo sistema de
pensiones garantizaría plenamente los recursos de los trabajadores, dándoles la certidumbre de
pensiones dignas al momento de su retiro y viabilidad financiera al IMSS, al salvarlo de la quiebra.
Por supuesto que esto, como la vigilancia a la forma en que se invertirían los ahorros de los
trabajadores resultaron una falacia, pues ahora sucede que no existen las pensiones dignas y mucho
menos un Seguro Social sólido y robusto en sus finanzas, prueba de ello es que se abandonó la
inversión para su infraestructura y ahora la calidad del servicio ha decrecido.
Los recursos que antes se constituían en un sistema de pensiones solidarias ahora se utilizan
para rescatar a banqueros e invertir en proyectos de alto riesgo, dejando a la derivada una atención
médica de calidad para los miles de derechohabientes y sus familias.
El fracaso del impuesto modelo de pensiones ha conllevado a una disminución de los ahorros
de millones de mexicanos en menoscaba de su patrimonio para una vejez digna. Y muchos de los
que entonces avalaron desde la función pública tal infamia, ahora se allanan y no tocan el tema ni
por descuido porque se aproximan las elecciones presidenciales.
Algo tienen que decir al respecto gente como Esteban Moctezuma Barragán –enlistado ahora
como prospecto a secretario de Educación de un eventual gabinete–, entonces Secretario de
Gobernación y de Desarrollo Social, o el actual Secretario General de la OCDE y hace 20 años
secretario de Hacienda, José Ángel Gurría, por citar algunos casos.
Gurría dijo en su momento que por encima de cualquier objetivo “con esta reforma se persigue
que los trabajadores de México cuenten con un sistema de pensiones financieramente viable en el
largo plazo e inmune a transiciones demográficas o turbulencias financieras”. ¿Qué pasó entonces?,
hoy le preguntamos, porque son los banqueros y empresarios pillos los únicos que han visto
incrementar su patrimonio a costillas del dinero de los pobres.
¿Por qué el alto funcionario de la OCDE guarda silencio en torno al uso indebido de los recursos
de los trabajadores mexicanos para apoyar a compañías de gestión de inversión global como Black
Rock, especializada en promover los intereses monopólicos en el mundo?
De acuerdo con datos de la Consar, en 2015 se destinaron 123 mil 402 millones de pesos a
inversiones en Certificados de Capital de Desarrollo (CKD) y 42 mil 335 millones de pesos en
Fideicomisos de Inversión de Bienes Raíces (FIBRAS), instrumentos financieros operados con
fondos privados.
Pero además, los ahorros de los trabajadores sirvieron para respaldar el 24.9 por ciento de la
deuda privada de largo plazo, además de ocupar 70 mil millones de pesos para fondear el 29.3 por
ciento de la deuda de autopistas, estados y municipios; es decir, la inoperancia de la clase política
en el poder.
Por eso, resulta imprescindible colocar en el tema de la actual coyuntura electoral el quebranto
multimillonario a los fondos de pensión. Todos los candidatos le dan la vuelta a este asunto, pero
no hay uno sólo que no enarbole la bandera del combate a la corrupción en sus propuestas de
campaña. ¿Y no es acaso este saqueo a los ahorros de millones de mexicanos producto de la
corrupción de funcionarios públicos asociados con inversionistas y empresarios pillos?
Exijamos que quienes aspiran a gobernar este país aborden en sus debates e incluyan en sus
plataformas políticas el saqueo que las Afores vienen cometiendo desde hace dos décadas con el
dinero de los trabajadores. No hacerlo los hará cómplices y merecedores al voto de castigo de los
mexicanos.

