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PENTATEUCO
el sacrificio promueve una acción doble mediante la cual Dios y el hombre se encuentran. Es Dios quien concede al oferente perdón y propiciación. Toda posibilidad de redimirse a sí mismo queda excluida.
EL SACERDOCIO (Levítico 8-10)
Se ha venido estudiando el gran tema del sacrificio, pero ningún hombre podía presentar su propio sacrificio ante Dios. Debía darse al sacerdote y este, a su vez lo ofrecía a Dios.
El desarrollo del Sacerdocio en Israel
En el período patriarcal:
Aunque el sacerdocio es el más antiguo de los oficios sagrados de Israel, el conocimiento de su historia es limitado. Anterior a los tiempos de Moisés, las ofrendas eran hechas por el cabeza de la familia representando así el reconocimiento de la adoración de Dios. En cuanto al aspecto ritual, el jefe de la familia era el llamado a construir un altar, levantar un pilar o plantar un árbol para señalar el lugar de una manifestación sagrada, como también a efectuar el oficio del SACRIFICIO (Génesis 8:20; 1 Reyes 18:31-33). Sin embargo, aun en tiempos patriarcales se conocía la necesidad de utilizar a una persona especialmente dotada para consultar a Dios.
En el período post patriarcal:
Desde Moisés el sacerdocio experimentó gran desarrollo. Dios deseó que Israel fuese una nación santa (Éxodo 19:6) y para una ministración adecuada y una adoración y culto efectivo, Dios designó a Aarón, hermano de Moisés, para servir como sumo sacerdote durante la peregrinación de Israel en el desierto.
Ya no era solo el jefe patriarcal quien desempeñaba el papel sacerdotal, sino ciertas personas encargadas expresamente de un oficio hereditario, como la familia levita de Aarón (Éxodo 28), y en vez de ofrecer sacrificios sobre varios altares se disponía de un SANTUARIO o Tabernáculo ambulante que por su santidad exigía un cuidado especial.
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