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PENTATEUCO
incredulidad.
Como castigo por su parte instigadora en la rebelión, los diez espías pesimistas murieron repentina y misteriosamente de una plaga.
Cuando Moisés comunicó a los israelitas la sentencia de Dios por su incredulidad ellos lamentaron penosamente su grave error. Deseando rectificar su acción cobarde propusieron invadir la tierra que Dios, le había prohibido. Haciendo caso omiso a las advertencias de Moisés, lanzaron un ataque desordenado contra los amalecitas y a los cananeos que habitaron en un monte cercano. Pero Dios les había abandonado. Descendieron sus enemigos y les derrotaron, persiguiéndoles hasta Horma.
Es con esta nota de derrota total los israelitas vuelven a sus peregrinaciones errantes en el áspero desierto. A causa de su falta de confianza en Jehová, su temor y su ingratitud, esa generación de hebreos perdió para siempre la esperanza de entrar en la tierra de sus padres. Solamente sus hijos, después de largos años de disciplina y sufrimiento, recibieron tal recompensa.
Leyes diversas (Cap. 15)
Probablemente estas leyes hayan sido dadas poco después de haber decretado Jehová que muriera en el desierto la incrédula generación hebrea, la cual había rehusado entran en Canaán. Los preceptos referentes a los sacrificios que habían de ser ofrecidos cuando Israel entrara a Canaán (15:1-21), animarían a los israelitas jóvenes a creer que a la larga la nación se apropiaría de la tierra prometida.
La provisión para expiar las faltas inadvertidas (15:22-29) contrasta marcadamente con el castigo severo del pecado consciente (15:30-31). Quizás los israelitas arrepentidos de haber sido incrédulos en Cades Barnea habrían perdido la esperanza de poder agradar a Dios. Dios les animó recordándoles la misericordia que podía obtenerse mediante sacrificios que expiarían pecados cometidos por ignorancia (Levítico 4-5). Toda desobediencia aunque no intencional era pecado, pero si no era deliberada, era expiada.
El castigo del hombre que fue encontrado recogiendo leña en el día de reposo servía de ejemplo y advertencia de cuán grave es el pecado intencional a la vista de Dios (15:32-36).
Las franjas o flecos que los israelitas habían de hacer en los bordes de sus vestidos
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