Page 27 - REVISTA ESCOLAR CEIP CIUDAD DE MÉRIDA 2019-2020
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█████████ ABSORBIDOS POR LA TELEVISIÓN █████████



          E

               ra una noche de domingo, aburrida, toda la familia estábamos viendo la tele.

            Había una gran tormenta esa noche. De repente, cayó un rayo muy fuerte en el tejado de
            nuestra casa;   pero  nosotros  ni  nos  movimos.  Solo que la televisión dejó de verse    y  nos

            fuimos a dormir.
            Al día siguiente, por la mañana, mi madre estaba limpiando el salón, cuando fue a limpiar

            la televisión de polvo.     Salió entonces    un potente rayo     que absorbió a mi      madre.

            Desapareció sin más. Asustados, encendimos la televisión y allí estaba mi madre, en Canal
            Extremadura, ¡ordeñando  vacas!

            Nos entró tal risa que no éramos capaces de entender qué había ocurrido cuando también
            fuimos   todos  para  dentro de la tele.  Por  desgracia,  mi  hermano tenía el    mando de la

            televisión y al canal que tenía puesto, allí que nos fuimos.

            Aparecimos dentro de un capítulo de Peppa Pig. Grité a mi hermano, le dije que cambiara
            de cadena; pero no fue así.

                                                 Me di cuenta de que hasta que no acabase el capítulo no
                                                 volveríamos al salón de casa.

                                                 El capítulo iba sobre juegos de campo, y tuvimos que

                                                 jugar a todos, en compañía de la familia Pig.
                                                 Primero fue el limbo, la comba, el pollito inglés...

                                                 acabamos agotados.
                                                 Cuando iba a terminar el programa siempre había que

                                                 rebozarse en el barro, y no  nos quedó más remedio,
                                                 tuvimos que hacerlo.

            Hubo un estruendo, cuando quisimos darnos cuenta, estábamos tirados en el suelo del

            salón, llenos de barro. Todos echamos la culpa a mi hermano por tener puesta la cadena
            con Peppa Pig. Pero faltaba mi madre, que todavía seguía ordeñando vacas.

            Para solucionarlo, mi padre llamó al electricista, que fue incapaz de arreglarlo; lo único que
            consiguió es ocupar el puesto de mi madre. Nunca más volvimos a saber de él.



            Fin.






                                                               Antonio González Escuer, Alumno de 4º B.
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