Page 19 - Revista 3ES OCTUBRE 2018- II
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Música, sonidos y ecos desde el sur
Mtro. César I. Guerrero “Newro”
La música puede ser enten- En latinoamérica, entendida
dida como una de las expresio- como la periferia de occidente, las
nes humanas que se manifiesta cosas son distintas. No hace mu-
a través de sonidos, silencios, cho, recuerdo cuando el gallo de
melodías y armonías. La música la tía Crucita cacareaba ante los
nos invita a la imaginación por primeros rayos de sol. El andar de
medio de sus notas, un ejem- las volantas llenas de caca de vaca
plo de esto ocurre al escuchar avanzaba dejando la estela de su
Walkürenritt, melodía que pro- aroma y su tintineo constante se
duce escenas imaginativas de escuchaba desde la ventana de mi
seres que descienden de los cuarto. Esa era la música que yo es-
cielos armados con rayos y cen- cuchaba. No escuchaba a Wagner,
tellas. O tal vez eso pensaríamos ni a Vivaldi, ni a Bizet. No conocía ni
si es que fuéramos alemanes a Jacques Offenbach, ni a Johann
de mediados del siglo pasado. Sebastian Bach. Los sonidos de
Y es que la colonización de la mi niñez eran los del agua correr
imaginación (o de los imagina- en las torrenciales lluvias que han
rios, propiamente dicho) ocurre vuelto a aparecer en la zona, los
por la exposición cultural a las carros circulando por la avenida,
imágenes y los sonidos que lle- la música de cumbia, de banda o
gan desde occidente, es decir, de rap; en algunas ocasiones mez-
Europa.
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