Page 21 - Cuentos para Triunfar
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Yo creo, Luis, que algunos nacen para triunfar. ¡Yo nací para otra cosa!.
Creo que jamás lograré ser "un grande"...
El guardia del andén
Un señor que paseaba por la estación de trenes del pueblito sureño, se
sentó en un banco a descansar, y de paso, a curiosear lo que en aquella
estación ocurría.
Muy cerca suyo estaba el guardia del andén esperando seguramente al
próximo coche, pronto a llegar.
Cuando los pasajeros comenzaron a descender, un joven se le acercó y le
preguntó al viejo guardia:
- Me han dicho que este pueblo es muy aburrido; que aquí hay muy
pocos jóvenes y que además no hay muchas cosas con las que uno
pueda divertirse. Dígame, viejo, estoy en lo cierto?.
- ¡Oh sí, por supuesto! – contestó el anciano – eso es lo que encontrarás
en este pueblo.
Y así fue como el joven siguió su camino rumbo al pueblo, con muy mal
genio.
Al poco tiempo, otro tren se aproxima a la estación.
Al bajar los pasajeros, un joven se le acercó al guardia y le preguntó:
- Me han dicho que este pueblo es muy divertido; que está lleno de
jóvenes y que se pueden hacer muchas cosas para divertirse. Dígame
señor, estoy en lo cierto?.
- ¡Oh sí, por supuesto! – contestó el anciano – eso es lo que encontrarás
en este pueblo.
Al escuchar esa respuesta, el hombre observador se dirigió al guardia y le
dijo:
- Disculpe, señor; lo he estado observando desde hace un par de horas y
he escuchado a los dos jóvenes preguntarle a Usted cosas totalmente
opuestas. Al primero, cuando le preguntó si este pueblo era aburrido y
sin juventud, Usted le contestó que sí, que efectivamente así era este
pueblo. Cuando le preguntó el joven que llegó en el siguiente tren si
este pueblo era divertido, si era cierto que había mucha juventud y
muchas cosas para hacer, Usted también le contestó que efectivamente,
así era este pueblo. Simplemente por curiosidad, me podría decir por
qué contestó así?. A cual de los dos jóvenes les dijo la verdad?.
- Vera Usted, mi estimado curioso. Le dije la verdad a ambos. Al primer