Page 27 - Cuentos para Triunfar
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Claro, Luis; lo que sucede es que para lograr cosas, hay que ser
                  perseverante. Yo era perseverante hasta que me cansé. Nadie puede perseverar
                  cuando la situación es tan complicada (decía Don Jorge, y llevaba trabajando
                  15 años en la misma fábrica...)

                                         Las ranitas en la leche



                      Cierto día, un grupo  de  ranitas decidió salir de paseo por  el campo. La
                  cuestión  es  que  llegaron  hasta  un  tambo,  y  decidieron  entrar  a  uno  de  los
                  galpones. Ya en el interior, vieron un tonel que tenía leche hasta la mitad de su
                  capacidad:
                      -  Vamos a bañarnos – dijo una de ellas...
                      Y así fue como un grupo de estas ranitas se metió dentro del tonel, para
                  divertirse  nadando  en  la  leche  mientras  otras  se  asomaban  apoyadas  en  el
                  borde para mirar como se divertían.
                      Lo cierto es que llegó el  momento en que una de ellas ya se había cansado
                  de tanto chapotear en la leche. Fue entonces que se dio cuenta que no podría
                  salir; pues la distancia hasta el borde era mucha, además las paredes del tonel
                  eran cóncavas y estaban resbaladizas por la misma leche.
                      Al  ver  que  sería  imposible  salir,  se  desesperó  a  tal  punto  que  entró  en
                  pánico. En ese instante, las ranas que nadaban junto a ella se preguntaron qué
                  le  habría  pasado  a  su  compañera;  por  qué  estaría  tan  nerviosa.  Entonces  el
                  pánico se apoderó de todas, al saber que morirían de cansancio en su intento
                  por sobrevivir.
                       Pero la escena se agravó cuando las ranitas espectadoras apoyadas en el
                  borde del tonel también comprendieron la situación y comenzaron a gritar:
                      -  ¡Se van a ahogar!. ¡Se van a ahogar!. ¡Es imposible que salgan!. ¡Van a
                          morir!.
                      Y  la  tragedia  tomó  vida  cuando  una  a  una  las  ranitas  comenzaron  a
                  ahogarse por la fatiga y por el pánico.
                      Mientras tanto, las de afuera continuaban:
                      -  ¡Es imposible sobrevivir!. ¡Ya se ahogaron algunas!. ¡Todo será inútil!.
                          ¡Jamás lo lograrán...!.
                      Y siguieron ahogándose una tras otra...
                      Pero  entre  las  ranitas  en  la  leche,  había  una  que  nadaba  con  mucho
                  entusiasmo. De vez en cuando dejaba de nadar y miraba hacía arriba:
                         - ¡No insistas!. ¡Ya se ahogaron todas!. ¡Tú tampoco lo lograrás!. ¡Esto
                         es terrible,pero también morirás.
                      Y la última ranita nadaba con más fuerzas aún. Tanto nadó que la leche
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