Page 141 - Secundaria - Comprometid@s con la Historia de México - 3er Grado
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                           negocios en México y les dieron atractivas facilidades, como recibir una porción de tierra para vivir y estar exentos del pago de impuestos. Por ese motivo, inversionistas ingleses, alemanes, franceses, estadounidenses y, en menor cantidad, españoles llegaron al país y trajeron consigo nueva tecnología e ideas; su participación en la vida nacional no sólo trajo a México beneficios económicos, sino también innovaciones tecnológicas, modas en la ropa y nuevas ideas políticas, culturales y artísticas.
La mayoría de esos extranjeros invirtieron en actividades industriales y comerciales de todo tipo y en la agricultura de exportación. Las inversiones fueron distintas según el país de origen de los inversionistas. Los españoles venidos hacia 1850 procedían sobre todo del norte de España; eran 5 000, y para 1910 ya había 30 000. Se ubicaron principalmente en la Ciudad de México, en la que se dedicaron básicamente al comercio (tiendas de abarrotes), en el Estado de México y en Puebla, a la cual convirtieron en un importante centro textil. Alemanes, franceses e ingleses invirtieron sobre todo en la minería. Organizaron expediciones con el fin de valorar las minas abandonadas, hallar vetas vírgenes y moderni- zar la tecnología para explotarlas. Los alemanes establecidos en la Ciudad de México abrieron negocios comerciales, principalmente ferreterías; los radicados en el sureste, fincas cafetaleras. Los franceses y estadounidenses invirtieron en el comercio y en los ferrocarriles, principalmente. A pesar de los logros, la economía
mexicana corría un grave riesgo que hasta el propio Limantour advirtió: la dependencia
económica, sobre todo de Estados Unidos. A pesar de ello, el grupo de Los Científicos
creyó firmemente que no existía otra opción para que la economía prosperara.
 Surgimiento de la clase obrera y la nueva clase media urbana
La difícil economía del siglo XIX se mantuvo gracias a los ricos y medianos comer- ciantes nacionales y extranjeros, que dinamizaban de una u otra forma las relaciones comerciales, y gracias al dinero que corría de un lugar a otro del territorio nacional. Ahora bien, los comerciantes ricos necesitaron ayuda para manejar eficientemente sus negocios y, para ello, recurrieron a personas de su confianza que por lo regular habían tenido cierto grado de instrucción. También se mantuvo gracias a los burócra- tas como parte de la clase media. Estas personas formaron las clases medias urbanas por todo el país.
Como esas clases medias tenían posibilidad de ahorrar, comenzaron sus propios negocios y contrataron sirvientes y peones que los ayudaban una vez que el negocio había crecido. Las clases medias que surgieron en todas las ciudades mexicanas se volvieron muy importantes. Gracias a los privilegios aumentaron su importancia y su poder, disminuidos posteriormente por la competencia desleal que les hicieron acau- dalados inversionistas extranjeros llegados a México. Como el Porfiriato fue incapaz de resolver ese conflicto, esas resentidas clases medias se sumarían a la Revolución de 1910, como verás más adelante.
Visto lo anterior respecto de las clases medias urbanas, veamos ahora el surgi- miento de la clase obrera. La migración del campo a la ciudad fue común en el siglo XIX. Mucha gente se mudaba a la ciudad en busca de mejores condiciones de vida; por lo regular iba a las ciudades donde había más fuentes de empleo. Muchas personas carentes de la instrucción o experiencia necesarias para desempeñar un trabajo men- digaban por las calles; quienes tenían preparación en algún área podían emplearse como peones o sirvientes en las casas de gente adinerada.
Los campesinos seguían siendo víctimas del despojo de sus tierras, lo cual los conducía a la miseria; quienes lograban emplearse como peones o sirvientes, pade- cían generalmente el mal trato de hacendados o patrones, además de castigos físicos como los azotes. En la mayor parte de las haciendas se les pagaba, no con dinero en efectivo, sino con vales, que ellos podían cambiar por productos únicamente en las tienda de raya de la hacienda y en ninguna otra parte. Se llamaba raya al pago que re- cibían los peones; en dichas tiendas se les daba crédito, que nunca alcanzaban a pagar y por lo tanto quedaban endeudados de por vida con la hacienda que los “empleaba”.
Muchos artesanos heredaban el oficio de su padre o de algún pariente cercano, pues la mayoría de los talleres artesanales eran propiedad de toda la familia. Ropa, zapatos, objetos de vidrio, entre otros artículos, eran producidos por los artesanos en ciudades y pueblos. Como los productos de los talleres artesanales eran artículos de primera necesidad, los artesanos se convirtieron en un sector indispensable para la sociedad, aunque pronto tuvieron que empezar a competir con las fábricas y los procesos industriales.
Figura3.24 Hasvistoaquí procesos de cambio sociales originados principalmente por la implantación del modelo económico porfiriano. Pero muchos aspectos de la vida cotidiana permanecieron igual. Analizar detalles de la vida cotidiana, como un juguete o un utensilio de cocina, pueden darte pistas. ¿Te animas? Podrían en grupo considerar los materiales y usos de estos objetos, aquello que reflejan de su momento, y deducir
si consideran que se usaron antes, explicarlo y después deducir si permanecen hasta nuestros días y por qué.
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