Page 197 - Secundaria - Comprometid@s con la Historia de México - 3er Grado
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                           mado Batallón Olimpia, integrado por los mejores elementos del Estado Mayor Presidencial y de la Dirección Federal de Seguridad. Vestidos de civiles se mezclaron entre los manifestantes y también usaron francotiradores. Fueron los responsables materiales de la matanza y el encarcelamiento masivo de ese día. Se identificaban unos a otros por un pañuelo o guante blanco en la mano derecha. El gobierno negó la existencia de ese batallón, pero los reporteros grá- ficos, muchos de ellos extranjeros, registraron su presencia.
La principal influencia de este movimiento que transformó radicalmente al país, fue que si bien el movimiento como tal se disolvió, no se apagaron sus demandas. Al contrario, algunos de los participantes radicalizaron sus ideas al mismo tiempo que se intensificaba la violencia gubernamental. Se comprometieron en una suerte de movimiento de resistencia civil que, en algunos casos, terminó en su participación en organizaciones llamadas de guerrilla urbana. Además, el movimiento del 68 influyó terminantemente para generar un ambiente de coraje, tristeza y descon-fianza hacia el gobierno, ambiente que ni la celebración de las Olimpiadas consiguió borrar. Otra consecuencia de ese movimiento fue el aumento de las críticas a un sistema conisderado injusto y a la falta de democracia.
El 10 de junio de 1971, ya durante la gestión de Luis Echeverría (n. 1922), sucesor de Díaz Ordaz, el gobierno llevó a cabo los acontecimientos conocidos como “el hal-conazo”, una represión realizada por el grupo paramilitar Los Halcones para someter a una marcha estudiantil que protestaba por los estudiantes asesinados y desaparecidos en la Plaza de las Tres Culturas. Esta represión también se conoció como la del Jueves de Corpus, pues tuvo lugar el día de esa fiesta religiosa. Los Halcones fueron un grupo formado por cerca de 2 000 personas reclutadas entre los trabajadores de limpia de mercados y delincuentes, que habían recibido entrenamiento militar y el encargo de romper manifestaciones y expresiones disidentes.
Las primeras guerrillas
El 2 de octubre de 1968 quedó claro que el presidencialismo se ha-
bía debilitado como medio de control pues la población ya no se
“tragaba” el autoritarismo. Muchas personas comenzaron a pensar
que el poder político no debía seguir en manos de un solo partido.
Aunque los presidentes Luis Echeverría y su sucesor, José López
Portillo, quisieron imitar los mejores años del presidencialismo, no
pudieron hacerlo más que a la fuerza, persiguiendo y reprimiendo a
los disidentes mediante la “guerra sucia”, que echó mano de grupos
paramilitares, como el Batallón Olimpia y la Brigada Blanca. Esta úl-
tima, así como practicaba el secuestro, usaba la tortura, desaparecía a
los manifestantes y disidentes, así también los detenía sin que mediara
orden de aprehensión extendida por un juez. Fue creada para atacar a la guerrilla urbana, en especial a la Liga Comunista 23 de Septiembre. Era un escuadrón militar, especializado en las técnicas de contrainsurgencia aplicadas en Estados Unidos y Francia.
Hoy sabemos que entre 1964 y 1972 se desarrollaron en varias partes del país movi-
mientos de protesta efectuados por grupos armados y radicales, cuyos integrantes pro-
venían principalmente del Partido Comunista Mexicano (en el ámbito urbano) y de la
Asociación Cívica Guerrerense (en el ámbito rural). Los movimientos guerrilleros más
importantes fueron: el Frente Urbano Zapatista, en la Ciudad de México (1971), el Mo-
vimiento de Acción Revolucionaria (MAR) (1968-1971), los Comandos Armados de Chi-
huahua, formados por campesinos que perdieron sus tierras ante los ganaderos (1971),
el Partido de los Pobres (liderado por Lucio Cabañas), el campamento José María Morelos (dirigido por Genaro Vázquez), la Liga Comunista 23 de Septiembre.
En algunas zonas del país la Revolución pasó para no cambiar nada o nunca llegó. Por eso la lucha agraria ha continuado hasta nuestros días. En México hubo varios intentos campesinos de insurgencia entre 1965 y 1983.
En Guerrero y Oaxaca estallaron movimientos guerrilleros de 1960 a 1980. Lucio Cabañas, maestro en el munici- pio de Ayotzinapa, logró formar el destacamento militar insurgente más grande de la década de los setenta que operó en la sierra de Atoyac, en la costa grande de Guerrero. Al contrario de su predecesor, Genaro Vázquez, Cabañas contó con el apoyo total de los partidos de izquierda que cuestionaron a Vázquez por su militancia priísta. Cabañas fundó el Partido de los Pobres (PDLP) y paralelamente formó en 1974 un grupo armado con alrededor de 100 miembros y una brigada de apoyo de 70 integrantes. Aunque sus intenciones eran más locales y buscaban mejorar las condiciones de los campesinos y evitar abusos y fraudes electorales en la región, se sabe que la influencia de ese movimiento se extendió
   Figura 4.31
Después de lo doloroso que fue el
         La Revolución Mexicana, la creación de instituciones 197
movimiento del 68, el país cambió radicalmente. La gente dudó muchísimo del gobierno. La figura del pre- sidente fue criticada y el presidencialismo comenzó a irse en picada.





































































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