Page 95 - Secundaria - Comprometid@s con la Historia de México - 3er Grado
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                            Por otra parte, aunque la Constitución de Cádiz de 1812 establecía la igualdad de derechos para todos los súbdi- tos españoles y novohispanos, eso no se llevaba a la práctica. Por ejemplo, gran parte de los criollos seguía sin poder conseguir un permiso especial para comerciar, pues a la Corona no le convenía que lo obtuvieran. No te será difícil imaginar cómo se sentían los criollos. ¡Estaban hartos de que los intereses de España siempre estuvieran por encima de los de Nueva España! Por eso, aunque al inicio rechazaron la lucha insurgente, por miedo a que Hidalgo y Morelos los despojaran de privilegios en favor de las clases desposeídas, ahora los criollos desearon fervientemente la indepen- dencia: la vieron como el único camino para conservar sus privilegios, para ser ellos mismos quienes gobernaran.
Últimas noticias
En el año de 2010, con motivo del bicentenario de la Independencia, se llevó a cabo una investigación y restauración de los restos de los héroes de la Independencia guardados en la cripta que está en el monumento Columna de la Independencia (El Ángel) en la Ciudad de México. El resultado del estudio, en el que colaboraron historiadores, an- tropólogos y restauradores, es un libro de 600 páginas titulado Los restos de los héroes en el Monumento a la Indepen- dencia. En éste se informa que la historia de los restos tiene momentos de equivocaciones, confusiones, descuidos pero también de buenas voluntades. Concluye que los restos no sólo son de los héroes de la Independencia sino que también hay restos de niños, mujeres y hasta animales (venados), y que se les aplicaron tratamientos con técnicas modernas para asegurar su conservación como lo es la aplicación de una sustancia hecha con ingredientes de camaro- nes y langostinos.
La consumación de la Independencia
Hacía 10 años que los criollos habían conspirado en contra del mal gobierno español; ahora conspiraban para librarse de él consiguiendo la Independencia. En esta ocasión, se les unieron muchos peninsulares, también cansados de que las políticas dictadas en España los afectaran. El alto clero, que temía perder privilegios con la aplicación de la Cons- titución de Cádiz, fue uno de los grupos más interesados en el movimiento independentista.
Según ese grupo de criollos descontentos, lo primero era pacificar a los insurgentes, empresa muy difícil a causa de la guerra de guerrillas. Decidieron que el hombre capaz de conseguirlo era Iturbide, quien había vencido a Morelos en Valladolid en 1813 y quien a partir de entonces se había hecho famoso por sus victorias. Ahora le tocaría vencer al principal caudillo insurgente, Vicente Guerrero. Gracias a la gran influencia
de dichos criollos sobre el virrey Juan Ruiz de Apodaca, consiguieron que
éste nombrara a Iturbide jefe del ejército realista. Pronto se dieron cuenta de
que había sido un error querer derrotar a los insurgentes por la vía militar,
pues Iturbide no lo logró por más que lo intentó. Iturbide ideó una estrategia
mejor: reunirse con Vicente Guerrero y convencerlo de que pactaran la paz.
      La reunión de Guerrero e Iturbide fue un hecho muy importante en el proceso de la independencia, porque ambos caudillos representaban los in- tereses de estamentos sociales que, aunque distintos, coincidían en desear el fin de la guerra y la Independencia de Nueva España. Guerrero era hijo de campesinos mestizos muy humildes y peleaba por los mismos ideales de justi- cia e igualdad por los que habían peleado Hidalgo y Morelos. Iturbide, por el contrario, era criollo, hijo de un hacendado riquísimo; definitivamente, sentía interés por la independencia, para conservar los privilegios de criollos y penin- sulares, pero no por atender las demandas de las clases desposeídas (por ejem- plo, alcanzada la independencia, no devolvería a las comunidades indígenas las tierras que se les habían quitado y que estaban en manos de los poderosos). Guerrero deseaba reformas sociales; Iturbide, conservar la estructura colonial.
Haz un esfuerzo por imaginarte la reunión entre Guerrero e Iturbide. Re- unidos junto con sus tropas, las tenían preparadas para el ataque en caso de una emboscada. Ambos tenían motivos para desconfiar. A Guerrero le pare- cía inverosímil que Iturbide, después de haber perseguido con tanta crueldad a los insurgentes, de pronto cambiara de idea y quisiera la independencia. Por su parte, Iturbide dudaba de que Guerrero, el caudillo insurgente cuya fama de valentía y lealtad a su causa era conocida en toda Nueva España, estuviera dispuesto a ceder y retirarse de la lucha. No obstante, comprendieron clara-
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por generaciones de que Guerrero e Iturbide se dieron un abrazo al finalizar su reunión y que ésta fue en Acatem- pan, hoy en Guerrero. Tras investigar los documentos en los archivos se ha encontrado que la reunión no fue en Acatempan sino en Teloloapan ¡y del abrazo no se menciona nada! Podrían, en grupo, preguntarse ¿qué significa precisamente ese abrazo?
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          Nueva España, desde su consolidación hasta su Independencia 95




































































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