Page 100 - Secundaria - Historia de México - 3er Grado
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 Un día, don Duarte fue a casa de su amada para convencerla de escapar para casarse, pero vio al clérigo caminando por el puente y se acercó a él; discutió y clavó su puñal al sacerdote en la cabeza. Después tiró el muerto al agua. don Duarte se ocultó por casi un año y regresó por doña Margarita; una noche caminó por aquel puente hacia su casa y no se sabe qué le sucedió, pero a la mañana siguiente amaneció muerto con una mueca de terror y estrangulado por un esqueleto sucio vestido con sotana hecha jirones que tenía clavado en el cráneo el mismo puñal que él le había clavado al tío de Margarita. Tiempo después debido a esa leyenda, al puente y a la calle que más tarde se formó se le llamó La Calle del Puente del Clérigo y después se renombró a 7a. y 8a. de Allende.
 El Callejón del Beso en Guanajuato
Se cuenta que en la ciudad de Guanajuato vivía doña Carmen, hija única de un hombre intransigente y violento. Doña Carmen era cortejada por un joven, don Luis. Al ser descubierta por su padre, sobrevinieron el encierro, la amenaza de enviarla a un convento, y casarla en España con un viejo y rico noble.
Doña Carmen y su dama de compañía, doña Brígida, resolvieron que ésta última llevaría una carta a don Luis con la dolorosa noticia. El joven enamorado decidió entrar a una casa enfrente de la de su amada para, asomado a la ventana, hablar con ella. Preguntó quién era el dueño de aquella casa y la adquirió a precio de oro. Las calles eran muy estrechas y cuál fue la sorpresa de doña Carmen cuando, asomada a su balcón, se encontró a tan corta distancia de su joven enamorado.
Pasaron unos cuantos momentos cuando se escucharon frases violentas. Era el
padre de doña Carmen quien, con una daga en la mano, la clavó en el pecho de su hija. Don Luis enmudeció de espanto, pues la mano de doña Carmen seguía entre las suyas, pero cada vez más fría. Ante lo inevitable, don Luis dejó un tierno beso sobre aquella mano tersa y pálida, ya sin vida. El lugar existe y es sin duda uno de los más típicos de
la ciudad de Guanajuato, y precisamente se le llama El Callejón del Beso.
 Figura 2.25 El callejón del Beso.
 La Mulata de Córdoba
Cuentan que en tiempos de la Inquisición y el Santo oficio, en la Villa de Córdoba existía una mujer de gran belleza, aunque nadie sabía su procedencia. No tenía padre ni madre y le llama- ron Soledad.
La mulata empezó a ser famosa por usar las hierbas para realizar curaciones y se decía que sabía de embrujos y encantamientos. Se pensaba que la hermosa mulata tenía un pacto con el diablo, por lo que las autoridades y vecinos la espiaban; sin embargo, la mulata seguía yendo a misa, con lo que calmaba un poco los rumores. Don Martín de Ocaña, alcalde de Córdoba, confesó su amor a la mulata, pero fue desairado. Entonces la acusó de haberle hecho beber un brebaje que le provocó la pérdida de la razón.
La Mulata, fue llevada en una carreta custodiada por el Santo Oficio hasta las mazmorras del fuerte de San Juan de Ulúa, en Veracruz, aunque hay quienes dicen que fue en el Palacio de la Santa Inquisición, en la Plazuela de Santo Domingo, en México. Se le juzgó y la encontraron culpable de sostener pactos con el diablo, por lo que fue sentenciada a ser quemada con leña verde. En la cárcel se ganó la confianza de su custodio y le pidió un pedazo de gis. La mulata prisionera dibujó sobre las paredes una nave y cuando el carcelero fue a buscarla, se quedó asombrado por lo realista de la pintura. Soledad le preguntó al carcelero:
—¿Qué es lo que crees que le hace falta al barco?
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