Page 48 - Secundaria - Historia de México - 3er Grado
P. 48

 Para conocer los mexicanis- mos que se mantienen en nuestro lenguaje puedes consultar: http://academia.org.mx/ dicmex.php
(Consulta: 30 de diciembre de 2012).
Figura 1.27 La costumbre indígena de utilizar plumas como objeto de ornato tuvo en Europa una calurosa acogida como muestran los retratos de la época. Retrato de joven con sombrero de plumas del pintor holandés Pieter Hermansz Verelst.
TIC
Arte y cultura temprana
Mestizaje cultural
El proceso histórico más importante del México colonial y su principal legado al México contemporáneo es la formación de una cultura mestiza que forjó un modo de vida peculiar que hoy nos define como mexicanos y nos diferencia de la cultura de otros grupos humanos.
En la Nueva España se mezclaron principalmente, la cultura mesoamericana con la española, la islámica (que los españoles trajeron a América después de convivir 700 años con los árabes) y la africana (que llegó con los esclavos). El mestizaje cul-
tural fue paralelo al mestizaje racial.
El sincretismo se dio en todos los aspectos de la vida. Los mexicanos
contemporáneos hemos integrado a nuestro vocabulario numerosas pala- bras de origen indígena, sobre todo náhuatl, que se llaman mexicanismos. Muchos pueblos de México llevan en su nombre la marca del mestizaje, ya que al nombre original indígena se le antepone el nombre de un santo o san- ta. Un ejemplo: San Andrés Texmelucan o Santiago Tianguistenco. Además, una de cada diez palabras del español es de origen árabe (alacena, alberca, ojalá, almíbar, etc.). Vocablos de uso popular que tienen un origen africano
son: guateque, marimba, chimpancé, jirafa.
En la alimentación, los productos de origen prehispánico o americano se
agregaron a los guisos tradicionales españoles que ya tenían una fuerte in- fluencia de los árabes. Poco a poco fueron apareciendo los platillos mestizos que se consideran mexicanos: el mole, la cochinita pibil, el pozole, los tacos de carnitas, los chiles en nogada y los tamales.
En la Nueva España la clase social a la que se pertenecía se manifestaba en la vestimenta, símbolo público de la diferenciación social. Los peninsulares y criollos mantuvieron la moda europea pero las plumas que los indígenas utilizaban como adorno y que en el viejo continente se usaban en los cascos militares se integra- ron en los atuendos de las mujeres: sombreros, abanicos y capas. Véase figura 1.27.
Los indígenas mantuvieron los materiales tradicionales en la confección de sus vestidos: el algodón, el ixtle y el henequén, pero el pudor impuesto por el cristianis- mo les obligó a cubrirse el pecho con camisas y usaban calzones largos. Conservaron sus tradicionales sandalias pero incorporaron el uso del sombrero que les permitía
protegerse del Sol durante las largas jornadas de trabajo. Los tradicio- nales huipiles que usaban las indias de las zonas frías empezaron a con- feccionarse con lana. Los mestizos y otras castas mezclaron las prendas de origen europeo, americano y asiático. Introdujeron el uso del palia- cate y el rebozo.
En la arquitectura el cambio fue radical. Las antiguas formas de cons- truir en América fueron desplazadas casi del todo; se introdujo la fuente, los techos de estilo mudéjar y la decoración de madera tallada con incrus- taciones de hueso o conchas, característica de las mezquitas y palacios árabes. Pero encontramos en las construcciones religiosas la influencia americana en lo que algunos investigadores le llaman el arte Tequitqui; que es la forma en cómo interpretaron las figuras y dibujos europeos y los pintaron o esculpieron los indígenas, de estos destaca la presencia de ángeles y querubines con rasgos europeos, indígenas y africanos.
Muchas fiestas y tradiciones que conservamos tienen su origen en el mundo prehispánico, como los altares que se ponen en honor a los di- funtos el Día de Muertos.
Las mismas danzas rituales que los indígenas dedicaban a sus dioses se siguen haciendo pero ahora para santos y vírgenes cristianos. Finalmente, la manera en que explicamos el mundo y a nosotros mismos nuestros valores y nuestros temores, están marcados por la integración del pensamiento occidental
  Figura 1.28 Los artesanos indígenas incorporaron esce- nas de su cultura original.
 48
BLOQUE 1












































































   46   47   48   49   50