Page 85 - Secundaria - Historia de México - 3er Grado
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cuenta de las intrigas que vivía la familia real y el favorito de la reina, se amotinó y obligó al monarca a abdicar a favor de su hijo Fernando VII.
El emperador Napoleón con el pretexto de arreglar el conflicto de intereses entre padre e hijo, los condujo a la ciudad francesa de Bayona donde obligó a Fernando a regresar la corona a su padre, Carlos IV, para que éste la cediera al propio Napoleón quien a su vez se la entregó a su hermano José Bonaparte (1768-1844) —conocido por el pueblo español como Pepe Botella por la afición que tenía por la bebida—. Así se estableció en España un gobierno ilegítimo: el de José Bonaparte.
Ante la falta de legitimidad del gobierno impuesto por Napoleón, el pueblo espa- ñol se levantó en armas y, mediante una guerra de guerrillas, inició una revolución. Sus objetivos fueron expulsar a los invasores franceses y transformar la monarquía absolutista en una constitucional, es decir, que el rey respetara una constitución que contemplara los derechos del hombre.
El pueblo español desconoció el gobierno de José Bonaparte se organizaron las juntas provinciales emanadas de la voluntad popular; éstas se concretaron en la Junta Suprema que contó con representantes de todas las provin-
cias, incluyendo las colonias de América.
Ante la invasión napoleónica a España, el gobierno ilegítimo de José Bonaparte y el establecimiento de la Junta Suprema, los virreinatos debieron tomar una posición. Fue importante el papel de los criollos en este sentido ya que entre ellos se había desarrolla- do un sentido de identidad que los llevó a sentirse diferentes de sus padres y a considerar los aspectos positivos de América; fueron pre- cisamente esos sentimientos los que caracterizaron al criollismo. La cultura que procedía de la madre patria había adquirido en el Nuevo Mundo formas propias que la hacían diferente de sus orígenes. Los criollos se enorgullecieron de las culturas y de la historia prehispánica.
Criollismo y el anhelo de autonomía
Los criollos, al conformar el grupo culto y preparado del virreinato, se consideraban no sólo parte del territorio, sino aptos para cargos en el gobierno y en la Iglesia, pero como éstos estaban reser-
vados para los españoles penin-
sulares, pronto se manifestó una rivalidad entre ambos grupos. Ya se mencionó que el resentimien- to de los criollos creció cuando las Reformas Borbónicas se aplicaron en la Nueva España y éstos fueron desplazados de las audiencias y de otros puestos en las dependencias del gobierno.
Según opinión de Alexander von Humboldt (1769-1859):
GLOSARIO
Abdicar: un rey o un príncipe que cede su dere- cho a la soberanía o renun- cia a ella.
Guerrillas: estrategia de lucha que consiste en el ataque sorpresivo y la reti- rada inmediata para escon- derse entre la población civil o en zonas difíciles, sin enfrentar una batalla cuerpo a cuerpo, por lo que resulta difícil de combatir.
    Figura 2.10 La Familia de Carlos IV. Pintura de Francisco de Goya y Lucientes del año 1800. Observa que es la reina María Luisa quien ocupa el centro de la pintura, ya que era ella quien ejercía el poder.
Figura 2.11 Francisco de Goya, El dos de mayo de 1808 en Madrid o La carga de los mamelucos. Pintado en 1814, Museo del Prado, Madrid. El cuadro recrea el intento de trasladar a Francia a los hijos de Carlos IV y María Luisa
por parte de los mercenarios egipcios y turcos (mamelu- cos) reclutados por Napoleón durante sus campañas por el Norte de África, a quienes se enfrentó heroicamente el pue- blo de Madrid.
  “El más miserable europeo, sin educación y sin cultivo de su entendimiento se cree superior a los blancos nacidos en el Nuevo Continente; y sabe que con la protección de sus compatriotas, y en una de tantas casualidades como ocurren en parajes donde se adquiere la fortuna tan rápidamente como se destruye, puede algún día llegar a puestos cuyo acceso está casi cerrado a los nacidos en el país, por más que éstos se distingan en saber y en calidades morales. Los criollos prefi- rieron que se les llame americanos [...] se les oye decir muchas veces con orgullo: ‘Yo no soy español, soy americano’; palabras que descubren los síntomas de un
Nueva España, desde su consolidación hasta la Independencia 85
















































































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