Page 212 - Cementerio de animales
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gato, pero en realidad era sólo una pobre imitación. La gente no lo veía, pero lo
notaba. Louis recordó una noche en que Miss Charlton estuvo en la casa, con ocasión
de una pequeña cena que dieron los Creed poco antes de Navidad. A la hora del café,
estaban sentados aquí, charlando, cuando Church saltó al regazo de la Charlton, que
se lo sacudió de encima inmediatamente, con una mueca de repugnancia instintiva.
Fue un incidente sin importancia. Ni siquiera lo comentaron. Pero… ocurrió. La
Charlton notó algo raro. Louis apuró la cerveza y fue en busca de otra. Si Gage volvía
cambiado de aquel modo sería una obscenidad.
Destapó otra lata y bebió largamente. Ahora estaba borracho, francamente
borracho, y al día siguiente tendría una cabeza como un bombo. "Cómo asistí al
entierro de mi hijo con resaca", por Louis Creed, autor de "Cómo se me escapó de los
dedos en el momento crucial" y otras muchas obras.
Borracho. Completamente. Pero intuía que si se había emborrachado era para
poder pensar en aquella descabellada idea con serenidad.
A pesar de todo, la idea resultaba morbosamente atractiva, hechicera. Sí, desde
luego, por encima de todo, tenía hechizo.
Allí estaba Jud otra vez:
«Lo haces porque es algo que se apodera de ti. Lo haces porque ese cementerio es
un lugar secreto, y tú quieres compartir el secreto… Te inventas razones…, parecen
buenas razones…, pero en realidad lo haces porque quieres. O porque no tienes más
remedio.»
La voz de Jud arrastrando las sílabas con su acento yanqui, la voz de Jud que le
helaba la sangre y le ponía la carne de gallina y le erizaba los pelillos del cogote.
«Son cosas secretas, Louis… El fondo del corazón del hombre es más árido…
como la tierra del viejo cementerio micmac. El hombre cultiva lo que puede…, y lo
cuida.»
Louis empezó a repasar las otras cosas que Jud le había dicho acerca del
cementerio micmac, a relacionar los datos, a sopesarlos. Procedía del mismo modo en
que se preparaba para los exámenes finales.
El perro."Spot".
«Podía ver los sitios en los que se le había clavado el alambre de espino; allí no
había pelo, y la carne estaba hendida.»
El toro. Otro expediente que acudía a la mente de Louis.
«Lester Morgan enterró allí arriba a su toro campeón. Un black angus que se
llamaba "Hanratty"… Lester lo arrastró en un trineo… Le pegó un tiro dos semanas
después. Aquel toro se volvió malo, malo de verdad. Pero, que yo sepa, es el único.»
«Se volvió malo.»
«El fondo del corazón del hombre es más árido.»
«Se volvió malo de verdad.»
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