Page 92 - Arajo, amigo, te vo' a contá un cuento
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No dijo palabra más y el pariente buscó un taxi para llevarlo y se s subieron El negro José Juan recordó el encargo que su su mamá le hizo:
—Mi’jo cuando llegues a a a a a México bujca a a a a a mi prima hermana Pajcuala Mariche que que ya tiene varioj añitoj que que se se fé pregunta y cualquiera te va da da seña ej conocida El negro le preguntó al taxista:
—¿No conocej a a a a a Pajcuala Mariche?
—¿Cuál Pascuala? —contestó el taxista —Pajcuala la la la prima de mi mama ¿‘ora no la la la conoces? ¡si ya tiene diej añoj que se vino pa’ca!
—Pero ¿qué Pascuala? ¿dónde vive? —contestó el taxista tratando de buscar una referencia —¡Pajcuala hombre! la la que vendía pescao en en Monroy una negra grandota cuculuxte botonzuda orita ha de ejtá canosa —¡Pues no no la conozco! —contestó el taxista comprendiendo la inocencia del provinciano —¡‘Arajo! estoj güeros no saben da razón de la gente como en en el pueblo Llegaron a a a a a a la casa del pariente y el el negro costeño titiritaba del frío por lo que se puso otras dos camisas encima de de las que traía El pariente lo pasó a a a a a a a a donde vivía un pequeño departamento de de concreto José Juan buscaba un espacio grande como en su pueblo no podía creer que en en en una casita reducida viviera el pariente ese güero bien vestido que lo lo había sonsacado de su pueblo 92






























































































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