Page 8 - Proyecto de sostenibilidad Wayuu - Ana María Fandiño
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De pronto en los registros del DANE aparece por otra patología, pero la base es la desnutrición”.
Al doctor Almenares le preocupa que no hay políticas públicas de salud, ni buenos programas de control prenatal, ni atención a las madres en el embarazo. Además “hay una fractura entre lo que se plantea como ayuda para la alimentación de un niño wayuu y lo que ese niño está acostumbrado a comer. Hay que adaptarse al ambiente y a la cultura, hay que fortalecer la proteína que ellos conocen y enseñarles a complementarla en la comida, pero eso es cultural y es de mucha educación”.
A Ana María Ángel Correa, directora de nutrición del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, El Espectador le preguntó si hay desnutrición en los niños de la comunidad wayuu y su respuesta fue la siguiente: “Yo no podría hacer esa aseveración porque nosotros, como ICBF, cada vez estamos llegando con más oferta institucional en la medida que hacemos búsqueda de la población y llegamos con servicios de primera infancia que son los más básicos, con un alimento de alto nivel nutricional que es la Bienestarina. Por eso, decir que hay ausencia total de alimentos es una aseveración muy fuerte”.
Una pregunta que no tiene respuesta concreta de parte de las entidades del Estado es cuál es el número de niños wayuus muertos por desnutrición. La directora de nutrición del ICBF dice que “hay muchas versiones frente a eso, hay información de las comunidades, de la Defensoría del Pueblo, pero procuramos responder a las estadísticas oficiales que nos presenta el DANE”.
¿Qué dice entonces el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas, DANE? La información que ha procesado es la siguiente: de cada mil menores de un año nacidos vivos en La Guajira en el año 2012, 31,6% murió. Y de cada mil niños menores de cinco años nacidos vivos ese mismo año, 38,9% falleció. La medición, sin embargo, no precisa cuál fue la causa de la muerte.
Lo cierto es que niños desnutridos sí hay y sí mueren por falta de agua y alimentos. En todas las comunidades visitadas es posible ver en ellos los síntomas evidentes de desnutrición: abdomen inflamado, pelo seco como paja, piel escamosa, ojos vidriosos y peso y altura que no corresponden a la edad. Y por falta de agua y otros recursos, las comunidades no pueden cultivar sus huertas con maíz, yuca o plátano, como en otros tiempos. De