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LA VIBRACIÓN
El diccionario define la palabra "vibración" como un temblor rápido. La mayoría cree que sólo el sonido
procede vibración. Todo vibra.
La vibración es medida por su velocidad, o sea, por el número de oscilaciones que ocurren en un segundo
de tiempo y la manera de expresarlo es: "Esta vibración tiene una frecuencia de (número)". Es decir, "Esto
vibra a tal frecuencia".
Entre los colores, el blanco, que es la reunión de todos los colores vistos en la luz, es el
que vibra a más alta frecuencia. El negro es también la reunión de todos los colores, pero
vistos a la sombra; y tiene la frecuencia más baja de todas, o sea cero frecuencia, para
nuestro entender.
Los pensamientos emiten vibraciones que parten en todas direcciones, tal como las ondas que se forman en
el agua cuando a ésta le cae una piedra y tiene color. Los pensamientos negativos son sombríos y por lo tanto
vibran a bajas frecuencias. La gente los llama "pensamientos negros", con razón. Los pensamientos positivos
son luminosos, y a medida que se acercan a la Verdad, van siendo más y más luminosos, hasta que llegan a
ser radiantes cuando expresan la Verdad Absoluta que es Dios.
Las altas frecuencias dominan a las bajas frecuencias. Los pensamientos de alta
Verdad disuelven los pensamientos sombríos, bajos, falsos, actuando como una carga de
dinamita en una roca. Esto te hará ver lo que ocurre cuando tú opones el pensamiento y la
palabra de la Verdad, a un cúmulo de cristalizaciones sombrías, y por eso te dije que
bastaba con el deseo sentido para comenzar a deshacer las cristalizaciones acumuladas en
el Subconsciente.
Las personas que tienen la videncia desarrollada (todos tenemos esa facultad, pero la
mayoría no la ha desarrollado) conocen los pensamientos por su color y como saben el
resultado exterior de cada tipo de pensamiento pueden predecir el futuro. Ven claramente el
producto inevitable de cada persona.
Los pensamientos de amor y buena voluntad son color de rosa iridiscente. El de la pasión
sexual es rojo encendido. El color de los pensamientos de vida es amarillo. El de la
inteligencia es lo que llaman hoy chartreuse, muy luminoso. Los de misticismo son color
violeta iridiscente y profundo. Cuando hay negatividad mezclada con estos colores, el tono
se vuelve sucio. Por ejemplo, en la persona cuya inteligencia está aún sin desarrollar, o
embrutecida, el color es de la mostaza. La pasión sexual, cuando no es comprendida y está
guiada únicamente por el instinto animal, es marrón rojizo.
Las vibraciones mentales forman un aura de forma ovoide alrededor del cuerpo, y en esa
aura se ve toda la composición de colores que emanan del pensamiento individual. El
Subconsciente limpio, positivo, produce un aura luminosa, multicolor, como el oriente de la
perla. Como las altas frecuencias dominan a las bajas, ningún pensamiento negativo que
viene de afuera puede penetrar en un aura y un ambiente positivo. Para que pudieran
penetrar en la mente de un individuo, éste se tendría que poner "a tono" con ellos, o sea,
que tendría que ponerse a pensar en forma negativa.
La Ley de Atracción es inmutable. Ella ordena que todo atraiga su igual. Las imágenes
que están grabadas en el Subconsciente, atraen irremisiblemente todo lo de su misma clase
y repelen todo lo que no sea afín a ellas. Por eso es que si el concepto del individuo es
bueno, no se ve sino el Bien. Como no puede atraer lo que no es igual a su concepto, no
puede acercársele nada malo; y a la inversa. El individuo que está lleno de conceptos
errados no le ocurren sino cosas malas, porque no le es posible atraer otra cosa. Esa es la
explicación del llamado "contagio del pánico".
¿No has notado que cuando te entregas a meditar o darle vueltas a tu cabeza a algún
incidente, digamos una malacrianza que se te ha hecho, o una ofensa, como te va
aumentando la indignación y el resentimiento? ¿Comprendes ahora que atraes todos los
pensamientos iguales y que éstos vienen a aumentar el volumen de los tuyos? El que ya
conoce esta ley, no se permita jamás el lujo de entretener en su mente una sola idea
desagradable. Al pensarla la rechaza, la compara con la Verdad del Ser y piensa
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