Page 114 - METAFÍSICA 4 en 1 edicion 1 y 2
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fenomenales como el espiritismo, la mediumnidad, ciertas manifestaciones magnéticas, etc.
            Es un plano muy ameno, muy distraído, muy interesante pero también aterrador, a veces.
            Pocos  de  los  que  se  dedican  a  estudiarlo,  deslumbrados  por  sus  manifestaciones
            misteriosas, pasan de allí. No adelantan ni espiritual ni materialmente, a pesar de que todos
            viven bajo la ilusión de estar en La Verdad.
                Jamás ningún estudiante del Plano Astral es feliz, ni sano de cuerpo, ni rico. No logran
              dominar sus problemas ni sus defectos. Sus conceptos son negativos y ven el mal como el
              resto de los ignorantes. "Por sus frutos los conoceréis", dijo Jesús.
               Para  resolver  sus  problemas  los  verás  consultando  con  las  almas  de  los  muertos;
            corriendo a consultar a las personas que leen la mano, tiran las cartas y predicen el futuro.
               Estos "espíritus", o almas descarnadas, siempre son del mismo grado de evolución del
            que  las  llama,  pues  no  se  puede  atraer,  ya  lo  sabes,  sino  lo  que  sea  igual  a  la  propia
            conciencia. Generalmente los consejos que reciben son contradictorios, de acuerdo con la
            opinión  del  "espíritu"  que  lo  está  impartiendo,  y  llevan  a  sus  víctimas  de  la  confusión  al
            desastre.
               Las personas "psíquicas", estudiantes del Plano Astral, tratan de asombrar a los demás
            con sus conocimientos misteriosos y que rara vez "les es permitido revelar". El "psiquismo"
            termina por enloquecerlos, porque sin la guía del Ser Divino y la Verdad, el Plano Astral se
            convierte en un laberinto sin salida.
               A ese plano se refirió Jesús cuando dijo: "Ancha es la puerta y espacioso el camino que
            lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella. Porque la puerta es angosta y
            estrecho el camino que lleva a la vida, y son pocos los que la hallan". La puerta angosta,
            que, sin embargo, se abre a la amplitud de la vida "mira" hacia el Ser Divino, pues mirando
            al Bien se produce el Bien. Mirando siempre hacia la sombra no se manifiesta sino sombra.
            "Por sus frutos los conoceréis".
            En GÉNESIS, cap. 30, ver.30, aparece este axioma:
            "Por sus frutos los conoceréis", está simbolizado en el siguiente relato. Después de haber servido a Laban, al
            padre  de  su  esposa,  durante  muchos  años  con  toda  eficacia  y  lealtad,  y  no  haber  recibido ninguna recom-
            pensa,  Jacob  le  pidió  a  su  suegro  que  le  diera  un  salario.  Laban  le  preguntó  "¿Qué  te  daré?".  Y Jacob le
            contestó:
            "Aparta de tus reses todos los machos cabríos listados y manchados y todas las cabras salpicadas. Estas y la
            cría que salga listada, manchada y salpicada serán para mí. Los blancos y los negros serán lodos los tuyos de
            hoy en adelante". Laban convino y separó las bestias. Jacob entonces cortó varas de álamo, de avellano y de
            plátano oriental; descortezó en ellas listas de manera que apareciera lo blanco de abajo contrastando con lo
            que  les  quedara  de  corteza  oscura  y  las  echó en los abrevaderos de las reses de Laban. Estas tenían que
            mirar  la  vara  cada vez  que  bebían  el  agua  en  que  flotaban,  y  la  cría  que  parían  salía  también  manchada,
            listada y salpicada. De esta manera aumentaron sus rebaños en cantidades extraordinarias.
               No se trata aquí de una lección de moral sino de exponer la Ley, a la manera bíblica; de
            lo que se mira, se reproduce.
               El  ser  astral  es  humano.  El  alma  humana  es  la  que  se  gradúa  al  Plano  Astral  y  es  la  que  acude a las
            sesiones  espirituales.  Conserva  aún  sus  conceptos  intactos  y  no  sabe  ver  ni  juzgar  de  otra  forma,  sino  de
            acuerdo con lo que ve.
               Tú que estás buscando la luz y que tal vez eres miembro de alguna secta u orden de las que se llaman
            "espirituales", observa el fruto de tus maestros y dirigentes. ¿Padecen de enfermedades y achaques? ¿Mueren
            tuberculosos o de cáncer? ¿Viven de limosnas o exigen contribuciones determinadas, o condenan el dinero?
            ¿A menudo sufren de la calumnia y la persecución? "Por sus frutos los conoceréis". Ignoran por completo el
            significado de las leyes básicas. Sus conceptos son tan errados como los tuyos. ¿Qué te pueden ensenar?
            ¿Ostentan títulos altisonantes de suprema autoridad? Jesús dijo: "No llaméis a nadie Padre, pues uno solo es
            tu Padre, que está en el cielo". ¿Llevan vestimentas impropias de la época en que vivimos? Están viviendo
            aún en el pasado remoto; en la Era precristiana cuando la moda en los hombres era la bata y el manto. Sus
            ideas  están  en  esa  Era.  No  han  avanzado  un  paso.  ¿Restringen  la  libertad  de  acción  de  sus  discípulos?
            ¿Prescriben unos alimentos o imponen otros? Ignoran hasta las enseñanzas del que dicen seguir: "No es lo
            que le entra por la boca lo que contamina al hombre, sino lo que sale por su boca". No tienen nociones de
            ciencia  alguna.  ¿Qué  clase  de "Maestro" es el que ignora el Principio de Vibración, tercera de las leyes de
            Hermes, el más conocido y popular de los iluminados de la Antigüedad?


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