Page 115 - METAFÍSICA 4 en 1 edicion 1 y 2
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"Por  sus  frutos  los  conoceréis"  significa  que  por  sus  problemas,  sus  achaques,  su
          pobreza, o sea, su manifestación, podrás juzgar cuáles son sus conceptos. ¿Sus libros y
          textos subrayan el castigo, la amenaza, el peligro, inspiran angustia y temor? El capítulo 23
          de MATEO Evangelista transcribe las palabras de Jesús tocante a estos individuos. Los llama
          "falsos  profetas  que  vienen  a  vosotros  vestidos  de  ovejas,  mas  por  dentro  son  lobos
          rapaces", y repite: "Por sus frutos los conoceréis. No se cogen uvas de los espinos ni higos
          de los abrojos".
            Hay  sectas  que  irradian  bondad  y  amor  al  prójimo.  Su  intención  y  buena  voluntad  son
          inmejorables, pero muestran una crasa ignorancia de los principios básicos de la Creación.
          Algunas  no  comen  carne,  alegando  que  la  carne  animal  ensucia  al  hombre  con  sus
          vibraciones impuras. No tienen conocimiento alguno de la naturaleza de estas vibraciones y
          sus frecuencias. Ya tú sabes que el pensamiento puro no puede recibir al impuro y lo que es
          más, lo neutraliza o lo transforma, como la luz a la sombra.
            Una  de  las  pocas  maneras  que  tiene  el  animal  para  adelantar  rápidamente  en  su
          evolución es la de servir al hombre. Cuando la oportunidad de servir se le presenta a un
          animal, el Espíritu que rige a toda su especie se estremece de dicha, porque al avanzar un
          ejemplar del grupo, avanzan todos los que vienen atrás hacia el plano humano.
            La  naturaleza  animal  del  hombre  requiere  el  alimento  animal  en  todos  los  grados
          carnívoros. El pez grande se come al chico, hasta que llega el momento en que el hombre
          es guiado por su Ser Divino. Para entonces el deseo y la necesidad de comer carne animal
          desaparece  automáticamente.  No  hay  que  forzar,  no  se  puede;  es  contrario  al  Plan
          Universal.  Los  excesos  se  normalizan  con  sólo  mirar  la  Verdad  del  Ser  con  mayor
          frecuencia.
            Mientras más rudimentaria es la conciencia, más se necesita del sacrificio para adelantar.
          El hombre que se ve obligado a matar un animal para beneficio de una colectividad, lejos de
          cometer un crimen le brinda una mejor oportunidad desde dentro del reino animal. Es la ley
          de los mundos inferiores.
            Cuando  un  hombre  da  muerte  a  una  bestia  feroz  que  esté  amenazando  a  un  pueblo,
          digamos  cuando  mata  a  una  serpiente  venenosa  que  esté  arriesgando  la  vida  de  unos
          niños; cuando extermina las plagas que destruyen los árboles frutales o las plantas; cuando
          extermina  las  sabandijas  que  invaden  las  casas  y  atormentan  a  los  humanos,  no  está
          cometiendo crímenes sino beneficio a todos, humanos y animales.
            Los  animales  no  tienen  conciencia.  Sólo  poseen  el  instinto  de  reproducción;  las
          sabandijas, por ejemplo, siguiendo su ley se propagan demasiado. El hombre tiene el deber
          de hermano mayor, de vigilarlos y controlarlos.
            Cuando el hombre alcanza la conciencia espiritual ya no tiene que matar ni atrae ninguna
          plaga. Mas, para ahuyentarlas de su casa, basta con hablarles y dirigirse al espíritu que rige
          al  grupo.  Yo  misma  he  presenciado  ese  "milagro".  He  visto  a  un  metafísico  avanzando
          deshacerse de unas cucarachas y unos mosquitos que entraron a su casa. "Hermanos", dijo
          dirigiéndose  a  los  espíritus  del  grupo,  "¡Velen  por  sus  pupilos!  Están  en  desarmonía.  Mi
          casa  no  es  el  medio  apropiado  para  ellos".  Luego  hablándole a los animalitos, dijo: "Va-
          yanse bichitos". A mis ojos asombrados, vi a las sabandijas detenerse inmóviles un instante
          como recibiendo onda, y luego salieron despavoridas.
             Los miembros de las sectas que mencionábamos ignoran todo lo que estás leyendo tú ahora. Se debaten
          en el Plano Astral, o mejor dicho, en la fase negativa del Plano, porque como todo en la Creación, ésta tiene
          sus dos fases.
            El alma es astral y es la sede de los sentidos y las emociones. Sin éstos la vida valdría
          poca  cosa,  pues  no  podríamos  sentir  ni  apreciar  el  arte,  la  belleza  ni  la  música.  La
          deferencia será la del cine mudo, antiguo, comparado con el moderno, con su colorido, su
          sonido y su técnica asombrosa.



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