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LÁGRIMAS DEL CORAZÓN

                  Rumi (ﻩﺮﺳ ﺱﺪﻗ) lo ilustra de la siguiente manera: “Sin quemar el
                  cuerpo no es posible alcanzar el placer del amor Divino.”

                      Hallay al – Mansur añoraba la muerte a causa de las
                  aflicciones espirituales que había sufrido. Dijo: “Mi vida está en
                  mi muerte.”
                      Rumi (ﻩﺮﺳ ﺱﺪﻗ) nos avisa de las trampas del nafs de la siguiente
                  manera:

                      “No comáis cenizas. No compréis cenizas. No busquéis
                  cenizas. Porque el rostro del que come las cenizas palidece. Para
                  el propósito de perfeccionar los dones de vuestro corazón, comed
                  corazón. Es decir, alimentad vuestro corazón con la llegada del
                  conocimiento Divino para que seáis jóvenes y para que vuestro
                  rostro sea como una flor gracias a las manifestaciones Divinas
                  que asimila.”





                      El rey de Babilonia Nimrod mandó echar al Profeta Ibrahim
                  (u) a la hoguera. Allah le ordenó al fuego:
                      “Fuego, sé frío e inofensivo para Ibrahim.” (Anbiya, 21:69)

                      El fuego no le quemó; se convirtió para él en un jardín de
                  rosas. Si Nimrod y sus secuaces hubiesen entrado en ese fuego,
                  habrían ardido porque no tenían las cualidades de Ibrahim (u),
                  sino las de Nimrod.





                      Cuando los dos ejércitos se encontraron en Badr, el Profeta
                  Muhammad (r) lanzó hacia el enemigo un puñado de tierra. La
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