Page 27 - gabriela libreta
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toma de decisiones razonadas y en las que la incertidumbre se vea reducida a
la menor de las expresiones.
Es evidente que las empresas se enfrentan a factores externos de diversa
índole, crisis, cambios en los mercados, cambios tecnológicos, competencia, e
incluso la mala suerte. Todos estos factores condicionan su evolución. Se trata
de adaptarse o de sacar el máximo provecho de ellos.
Si bien los periodos de crisis afectan a todos los agentes económicos, no a
todos lo hacen en la misma medida. Baste como ejemplo de esta afirmación la
experiencia vivida en la crisis financiera de 2007 que nos muestra la caída o
debilitación extrema de entidades y empresas en otro momento supuestamente
invulnerables, a la vez que contemplamos como otras transitan a través de la
crisis de manera bien distinta, emergiendo como auténticos ganadores incluso
en periodos de alta inestabilidad e incertidumbre (caso de Caso Citigroup
versus Banco Santander).
Los factores externos no son controlables por las empresas. Pero existen otros
factores, internos, que si deben ser controlados, y en eso descansa
fundamentalmente la correcta gestión de los negocios.
Según estudios realizados en el mercado norteamericano en más del 90% de
los casos analizados la incompetencia sería la principal causa en las
suspensiones de pagos.
Incompetencia o lo que es lo mismo, falta de previsión o la adopción de
medidas y decisiones incorrectamente fundamentadas. La falta de un
diagnóstico empresarial correcto es indicativo de incompetencia.
El correcto diagnóstico de la empresa ayuda a conseguir los objetivos que
comparten todas las empresas, y que se pueden resumir en los tres siguientes
principios:
• Sobrevivir. La misión de la empresa es seguir funcionando a lo largo del
tiempo y para ello será necesario que sea capaz de atender todos sus
compromisos presentes y futuros.
• Ser rentables. Las empresas nacen y existen para ser rentables. Muchas
veces se confunde esta afirmación con un mal entendido concepto de codicia.
Nada más lejos. La empresa necesita generar beneficios para retribuir a sus
accionistas, para compensar a sus empleados, para pagar a sus acreedores,
para comprar y financiar invertir. La rentabilidad es una obligación de la
empresa y de sus gestores.
• Crecer. La empresa, para sobrevivir y ser rentable, necesitará aumentar sus
ventas, su cuota de mercado y los beneficios hasta donde sea razonable y
prudentemente posible.
Teniendo en cuenta los anteriores objetivos, el análisis financiero nos permitirá
identificar aspectos esenciales para la salud de la empresa. Lo contrario, la