Page 58 - LIBRO PALACE HOTEL MADRID
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cio pues, incluso, era preciso proceder a la desin- fección de todas las habitaciones. Los trabajos de rehabilitación duraron, en total, seis meses.
Y como si no hubiera pasado nada, en el registro de clientes, el encargado de la recepción, después de dejar una línea en blanco tras el último cliente que había abandonado el hotel en noviembre de 1936, escribió: «Este libro vuelve a ponerse en vigor en el día de hoy. Madrid, 1 de octubre de 1939. Año de la Victoria», para, a continuación, registrar la llegada del teniente de navío Ignacio Molina, que habría de estar alojado en el hotel hasta el 24 de diciembre de ese año. Ese primer día de octubre se registraron en total 54 clientes, a los que siguieron 49 el día 2 de octubre. Una semana después de la apertura, la mitad de las habitaciones del hotel ya estaban ocupadas, so- bre todo por españoles, italianos y alemanes.
La apertura del hotel a comienzos de octubre permitió que muchos personajes de la alta socie- dad madrileña, que habían alargado sus vacacio- nes veraniegas en el norte ante el mal estado en que habían quedado sus propiedades en Madrid, se hospedaran en el hotel durante meses, mien- tras se reparaban o se reconstruían sus casas.
El Palace volvió así a tener un alto grado de ocupación y, a pesar de la situación de escasez que atravesaba España, consiguió mantener un digno nivel en su restaurante, si bien, durante unos meses, tuvo que servir el plato único como ordenaban las autoridades.
arrival of the Navy Lieutenant Ignacio Molina who would stay at the hotel until December 24th of that year. A total of 54 clients registered at the hotel on that  rst day of October, followed by 49 on the 2nd of October. A week after the opening, half of the hotel’s rooms were already occupied, above all by Spaniards, Italians and Germans.
The hotel’s opening at the start of October per- mitted many members of Madrid’s high society, who had extended their summer holidays in
the north because of the extent of damage to their properties in Madrid, to stay at the hotel for months, while they repaired or rebuilt their homes. The Palace thus once again had a high rate of occupancy and, despite the scarcity of goods throughout Spain, managed to maintain a digni ed level at its restaurant, even if for some months it was forced to serve a single dish as or- dered by the authorities.



























































































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