Page 59 - LIBRO PALACE HOTEL MADRID
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Homenaje a la delegación japonesa durante la Segunda Guerra Mundial. Entre las autoridades españolas destaca el siempre polémico general Millán Astray (sentado primero por la derecha).
Tribute to the Japanese delegation during World War II. Between the Spanish authorities it honors always controversial general Millán Astray (seated first by the right).
DE NUEVO, LA GUERRA
A comienzos de la década de 1940, el hotel ya ha- bía recuperado su ritmo y volvía a vivir un perío- do de auge. Una vez más, la neutralidad de Es- paña en la Segunda Guerra Mundial hizo que los salones y, sobre todo, el bar del hotel volvieran a ser centro de operaciones de agentes extranjeros y fuente de información de periodistas de todos los países implicados en el con icto, pues en el hotel recalaban quienes, perseguidos por el na- zismo, huían de Europa camino de América.
Por el Palace pasaron los reyes Carol de Rumanía y Humberto de Italia, así como numerosos ale- manes y austríacos de apellidos judíos. Aunque intentaban pasar desapercibidos, todos conocían a los agentes británico y alemán que se sentaban uno a cada lado del pasillo de entrada. Las con- versaciones de los clientes en francés, alemán o inglés se mezclaban con las que, en castellano, hablaban de negocios de estraperlo teniendo como música de fondo las piezas de las orquestas americanas y los pasodobles que interpretaba una orquesta española.
Por los salones del Palace se podía ver a Miguel Mihura, Edgard Neville, Álvaro de la Iglesia, que habrían de publicar en 1941 la revista La codor- niz; a Dionisio Ridruejo y Pedro Laín Entralgo, directores de la revista Escorial; Enrique Jardiel Poncela; al pintor Salvador Dalí, que en 1940 volvió al hotel, pero esta vez como huésped, al poeta Leopoldo Panero, al director de cine José Luis Sáenz de Heredia y a los toreros Carlos Arruza y Manolete.
WAR, ONCE AGAIN
By the early 1940’s, the hotel had recovered its rhythm and again enjoyed a period of apogee. Once again, Spain’s neutrality in the Second World War meant that the hotel’s halls and, above all, its bar became the centre of operations for for- eign agents and a source of information for jour- nalists from all of the countries involved in the con ict, as the hotel lled up with all those eeing Europe and the Nazis en route to the Americas.
The kings Carol of Romania and Humbert of Italy stayed at the Palace, as did numerous Ger- mans and Austrians with Jewish surnames. Al- though they tried to remain unnoticed, everyone knew who the British and German agents were, as they sat each on one side of the entrance hall. The conversations of clients in French, Ger- man or English mixed with those carried out in Spanish, as deals were made for black market goods, set against background music of pieces by American orchestras and paso dobles by a Spanish orchestra.
It was possible to spot in the halls of the Palace such gures as Miguel Mihura, Edgard Neville and Álvaro de la Iglesia, who would publish the magazine La codorniz in 1941; Dionisio Rid- ruejo and Pedro Laín Entralgo, directors of the magazine Escorial; Enrique Jardiel Poncela; the painter Salvador Dalí, who returned to the hotel in 1940, although this time as a client; the poet Leopoldo Panero; the lm director José Luis Sáenz de Heredia, and the bull ghters Carlos Arruza and Manolete.
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