Page 5 - PROYECTO DE RECONVERSION DEL MODELO CAPRINO TRADICIONAL EN BCS
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[SISTEMA PRODUCTO CAPRINOS BAJA CALIFORNIA SUR]




               Antecedentes


               México cuenta con cerca de 197 millones de hectáreas, bajo un mosaico de regiones ecológicas

               que le dan la principal característica a su ganadería; esto es, una gran biodiversidad de sus
               recursos genéticos.

               De la extensión del territorio nacional, aproximadamente el 25% es árido, el 20% semiárido, el

               23% es templado, el 15% es trópico seco y el 12% trópico húmedo.

               La ganadería constituye el principal uso del suelo en el país, desarrollándose en una superficie
               de 113.8 millones de hectáreas, lo que representa el 58% del territorio nacional.

               De  este  desarrollo  ganadero  la  producción  caprina  representa  un  recurso  importante  para
               algunos estratos sociales. A pesar de que en México existen unidades caprinas en las cuales se

               aplica tecnología avanzada, el común denominador de este sector pecuario es la escasa o nula
               tecnificación aplicada en los procesos productivos.

               La producción caprina aunque principalmente se relaciona a las regiones áridas y semiárida del

               país,  caracterizadas  por  la  limitada  producción  de  sus  agostaderos  se  extiende  en  todo  el
               territorio  nacional.  La  producción  de  carne  y  leche  se  concentra  en  los  estados  del  norte  y

               centro-norte de México, contribuyendo con el 72 y el 62% de la producción nacional de carne y
               leche, respectivamente.

               En el estado de Baja California Sur, la actividad agropecuaria constituye un sector económico
               de gran relevancia y un numero elevado de familias depende de su desarrollo efectivo, pero el

               principal factor limitante al que se enfrentan los rancheros es la escasez de alimentos para el
               ganado,  particularmente  debido  a  que  su  ganadería  se  basa  en  pastizales  naturales  que
               depende de la errática presencia de lluvias. Sin embargo, una minoría intenta producir forrajes,

               pero a través de técnicas agronómicas inadecuadas para zonas desérticas. Por otro lado las
               plantas  forrajeras  empleadas  se  limitan  a  una  o  dos  especies  (alfalfa  principalmente)  sin

               importar la importancia que tiene la rotación de cultivos y la disminución gradual que sufre la
               calidad del agua de riego y de los suelos por procesos de salinización en estos ecosistemas al
               desarrollar  cultivos  que demandan mucho agua de riego (Endo y colaboradores, 2000b).





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