Page 270 - Pacto de silencio
P. 270
(Reproducción del original Núm. 886 - p. 1/14)
El día 12 de mayo de 1981 escribíamos un artículo en el periódico Ya, titulado
«La neumonía atípica». En él decíamos en el párrafo final: «Una posibilidad que
podría explicar estos casos sería la de una intoxicación por insecticidas spray, que al
inhalarse podrían afectar primero al pulmón y luego al hígado y sangre. Estos cuadros
clínicos tan localizados a familias enteras tendrían una mejor explicación que la de
una simple infección viral (neumonía atípica). En las intoxicaciones por fósforo
orgánico si se recibe por vía de inhalación se podría explicar el cuadro clínico tan
limitado a unas cuantas familias. La realidad es que los casos que han fallecido dan
más impresión de una intoxicación que de una infección viral. Los estudios
bioquímicos y anatomopatológicos serán definitivos para el esclarecimiento de los
casos. Los virólogos y bacteriólogos aún no se han definido».
El párrafo anteriormente transcrito de mi publicación fue el primero que hizo
mención, en publicaciones escritas, a la posible intoxicación por organofosforados,
desde luego, no por casualidad. Existe información toxicológica clínica, en países
donde el fenómeno descrito se ha reproducido en cierto modo. El mito de «síndrome
nuevo», «enfermedad misteriosa», o «enfermedad sin causa», no es de recibo.
Veamos unos pocos argumentos, de simple información clínica: de un clínico que
se preocupa de conocer la última causa de una enfermedad, en nuestro caso,
«síndrome tóxico» resultó y resulta dramática.
El profesor Emilio Astolfi, de la Universidad del Salvador en Buenos Aires
(Argentina), en el capítulo que escribe sobre «Intoxicaciones», página 1 087, del
tratado de Pediatría práctica, Ed. Intermédica (Buenos Aires, 1969), dice: «Estos
potentes venenos (se refiere a los organofosforados) inhibidores enzimáticos,
nacieron para la aplicación pacífica como resultado de algunos estudios sobre gases
tóxicos realizados durante la última guerra mundial; sus efectos sorprendieron a la
clínica toxicológica de muchos países del orbe, con accidentes personales y
“colectivos” cuando aún no se dominaban la fisiopatología y el tratamiento adecuado.
En el momento actual se ha adelantado muchísimo en ambos aspectos; es entonces
necesario alertar sobre el diagnóstico y fisiopatología del cuadro y semiología. En la
Argentina la difusión de insecticidas de este tipo, de acción positiva sobre múltiples
plagas, ha provocado, por inevitable concomitancia, episodios tóxicos que suelen
plantear problemas sanitarios en zonas rurales donde el manejo de esas sustancias se
realiza sin discriminación.»
Continúa el profesor Astolfi: «Asistimos muchos envenenamientos en adultos y
niños, con resultados aleatorios, aunque con el signo común de cuadros trascendentes
y graves. Los japoneses estiman en 6 000 los casos de envenenamiento por parathion
en los últimos cinco años; en Singapur, un notable trabajo destaca la “contaminación”
con este insecticida de una enorme cantidad de individuos; por el simple hecho de
ingerir alimentos provenientes del oeste europeo. Esta “contaminación” no
ebookelo.com - Página 270