Page 218 - El judío internacional
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contrayendo empréstitos.

                  Dicen mas adelante los Protocolos: "Demuestra cada empréstito la incapacidad e ignorancia del
                  respectivo gobierno en cuanto a los derechos del Estado. Los empréstitos, como espada de
                  Damocles, se suspenden sobre las casas reinantes, que en vez de repartir contribuciones a tiempo,
                  extienden las manos pidiendo limosna a nuestros financistas. Los empréstitos exteriores, sobre
                  todo, son como las sanguijuelas, que no se pueden arrancar del cuerpo de los Estados hasta que
                  caen por su propio peso, si no es el gobierno quien las quite violen amente, pero los gobiernos no-t
                  judíos, muy lejos de suprimirlos, tornan a "lanzar" cada vez otros nuevos. Irremisiblemente deben
                  hundirse a consecuencia de tan perenne y voluntaria sangría".

                  No admite replica alguna esta cri tica.

                  Añaden los Protocolos con escarnio: "Entendámonos bien: aunque nosotros mismos hayamos
                  propiciado tan necia política, naturalmente que no la seguiremos... ¿Cual es el efecto de un
                  empréstito, especialmente de uno exterior? La emisión de un certificado de deuda con la promesa
                  de pagar intereses. El empréstito ofrece un 5 por ciento, y resulta que luego de 30 años el Estado
                  pago los intereses inútilmente, aunque haya devuelto toda la cantidad adeudada: después de 40
                  años habrá pagado los intereses por doble valor, y al cabo de 60 años, por valor triple de la deuda,
                  en tanto que esta queda incólume".

                  ¡Más claro, el agua! Y, sin embargo, ¿quien se dará cuenta cabal de ello? Aun seguimos viviendo
                  bajo la influencia de la doctrina, que dice que las "deudas nacionales redundan en beneficio de la
                  economía nacional". Por el contrario, lo cierto es que el importe de las deudas nacionales ofrece
                  una exacta medida de la esclavitud de los Estados bajo el cetro de Judá.

                  Se ocupan los capítulos 20 y 21 de los "Protocolos" en exponer el programa de la política que
                  seguirán los hebreos, cuando hayan alcanzado el poder mundial, diciendo: "Una vez que ocupemos
                  los tronos del mundo, se excluirán todos los procedimientos económicos, que no coincidan con
                  nuestros intereses".

                  1º "Se cerraran definitivamente las Bolsas de fondos, pues no admitiremos que nuestro renombre
                  sufra con las oscilaciones de los precios de nuestros valores. Fijaremos para estos un cambio
                  forzoso igual a su valor nominal total sin permitir que nadie lo alce o baje. Las alzas de precios son
                  seguidas de bajas: esa fue nuestra gran jugada con los títulos de los Estados no-judíos".

                  2º "Legal embargo del dinero, a fin de regular su circulación"

                  3º "Implantaremos una unidad monetaria, basada sobre el valor de determinada unidad productiva,
                  aunque el material del que se componga la moneda sea papel o madera (¿?). Emitiremos en todo
                  momento tanto dinero como sea preciso para satisfacer las necesidades normales de cada
                  ciudadano, emitiendo con cada nacimiento una suma determinada, y retomándola con cada
                  defunción".

                  4º "Serán comprados por nuestro gobierno títulos y valores, y este, en vez de pagar tributos por los
                  empréstitos, los emitirá bancariamente. Este procedimiento evitara todo estancamiento monetario
                  en la Hacienda publica, toda vida parasitaria y ociosa, condiciones y habilidades que para nosotros
                  fuero útiles, en tanto, los infieles eran todavía dependientes; pero que no admitiremos cuando
                  nuestro Reino haya llegado".

                  5º "Substituiremos las bolsas por instituciones financieras del Estado, cuya misión será la de fijar el
                  valor de los títulos oficiales, de acuerdo con instrucciones del gobierno. Dichos institutos estarán
                  fundados de tal manera, que en un solo día podrán comprar o vender respectivamente por valor de







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