Page 18 - DIGNIDAD HUMANA, UNA PUERTA DE LIBERTAD
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En suma, es la dignidad del ser
humano, la que otorga a los derechos las
características de inviolables, inalienables,
irrenunciables, indivisibles e
interdependientes, pues claramente no
puede afirmarse que una persona privada
de la libertad, está siendo respetada en su
dignidad, cuando ni siquiera paga su
condena en un ambiente higiénico y
salubre, o cuando vive atemorizado por
amenazas y maltratos de otros presos o
funcionarios, y mucho menos, cuando no
tiene garantía de oportunidades al terminar
de cumplir su sanción, y cuando la tutela de
sus derechos ha dejado de ser un punto importante en la agenda social y en la
formulación de políticas públicas, para convertirse en un tema de cifras y
fenómenos sociales.
Por consiguiente, podría decirse que la dignidad humana es un punto de
partida inicial, a respetar y preservar y un punto de llegada a satisfacer y
garantizar, significando un todo, construido por diversas piezas, y en desajuste
de alguna de ellas, se compromete directamente el derecho al libre desarrollo de
la personalidad y a una vida armónica. La dignidad humana abiertamente es
sinónimo de derechos humanos, es la esfera integral y macro de desarrollo de la
humanidad, donde se contemplan sus necesidades básicas, conformadas por
demandas biológicas, intelectuales, morales y sociales, dicha dignidad, debe ser
resguardada tanto por la sociedad como por el Estado, sus diversos entes y sus
políticas públicas. En conclusión, la protección de la dignidad de los individuos y
una sana convivencia son la base esencial para que exista una sociedad
armónica.