Page 17 - DIGNIDAD HUMANA, UNA PUERTA DE LIBERTAD
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Adicionalmente, las
libertades también apuntan, a que
el ser humano, tenga posibilidad
de razonar, decidir y elegir, en
medio de su proceso de
construcción, hecho de
humanización que en el ámbito
social exige plantear la dignidad
humana, no como un estadio, si
no como un deber ser, o un
estado ideal a alcanzar, al
margen de aquellos actos,
hechos o situaciones que le
produzcan un perjuicio al individuo. En tanto, situaciones como el hacinamiento,
la carencia de agua potable, la falta de seguridad, la falta de garantías procesales
y las débiles políticas de resocialización, significan un completo detrimento para
la calidad de vida y la dignidad de la persona en estado de detención, teniendo
presente, que sus posibilidades no les permiten actuar con total diligencia en
favor del autocuidado y la protección de sí mismos, si no que estas a disposición
de la justicia.
La integridad del privado de libertad, es el resultado claro de un ejercicio de
corresponsabilidad, donde los principales actores involucrados son Estado,
funcionarios y sociedad, por tanto, su bienestar físico y emocional depende de la
materialización concatenada de acciones favorables y obligaciones morales,
sociales y jurídicas, que con base en el respeto al valor de la persona y el
principio de igualdad, contribuyan a la reinserción en sociedad y a la satisfacción
plena de sus necesidades, no solo básicas como son, alimentación, techo y
baño, sino disposiciones integrales, que involucren la educación, la socialización,
la cultura, la óptima salud y el fomento de la empleabilidad, como garantía de
protección.