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estado a través de los gobiernos que buscan dar una mayor atención a la
distribución de la riqueza en busca del bienestar de la sociedad, ya sea sanidad,
educación, etc.

No podemos olvidar que en 1931 existía un gran nivel de analfabetismo en
España y la república permitía un fácil acceso a la enseñanza a los españoles con
problemas económicos, es decir, la falta de recursos económicos no sería un
impedimento para poder estudiar. La libertad de cátedra quedó reconocida e
implantada en las escuelas. La enseñanza primaria sería obligatoria y gratuita y los
docentes pasaron a ser funcionarios públicos. La religión dejó de ser una asignatura
obligatoria y la escuela pasó a ser laica.

El artículo 49 trataría de la expedición de los títulos académicos que
corresponden plenamente al estado que establece las pruebas necesarias para su
obtención.
En el artículo 50 se trata por primera vez la diversidad en España. Las autonomías
podían incluir sus lenguas en sus enseñanzas pero siempre siendo el castellano la
lengua principal. Se creó un nuevo plan coeducativo, donde hombres y mujeres
estudiaban juntos y el claustro de profesores era mixto.

Lorenzo Luzuriaga, pedagogo español, tuvo un papel fundamental en la II
república ya que impulsó una propuesta pedagógica basada en la Escuela Única
como alternativa político-educativa. Esto supuso una renovación de los métodos
pedagógicos y de las técnicas didácticas.

Posteriormente, y para desgracia del país, en 1939, España finalizó su
Guerra civil, siendo ganada por el bando del general Franco. A partir de esta fecha
y hasta la muerte del caudillo (1975) el bando ganador impuso una arraigada
dictadura que supuso un grave retraso educativo, evolutivo, social, etc. Que supuso
sobrevivir a la opresión de libertad, a una represión política que obligaba a ocultar
los ideales de la gente, y, entre otras muchas cosas, obedecer las leyes para no ser
ejecutados. Fueron largos años de miedo y de sumisión por parte del pueblo
Español.

Así pues, después de la derrota de la II República en la guerra civil, con la
que se echó a perder todo el recorrido de la pedagogía liberal ya asentada en
España desde 1876, el estado franquista requisó todo el patrimonio de las
instituciones de enseñanza, persiguiendo también sus ideales, así como a los
científicos, intelectuales y profesores que habían creado estas instituciones. Algunos
de ellos tuvieron que exiliarse.

Antiguos profesores del Instituto-Escuela, durante la posguerra en 1940, fundaron el
Colegio “Estudio”. Para ello, necesitaron la ayuda de familias de intelectuales y
profesionales liberales que vivían exiliados, pero en contacto con sus familias.

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